ELLA QUIERE GANAR

Según la definición de mi RAE particular, la palabra ridículo significa que una pobre vieja culiá cara de pasa defienda el golpe militar ante la burla de todo el mundo y la estupefacción de sus asesores de campaña, para luego aclarar sus dichos. Cundo la gente quiere “triunfar en la vida” a toda costa, pasan estas cosas. Es ante todo un problema moral.

 

La derecha sigue metida en el fango de la historia cincuenta años después. Unos, como la vieja cara de pasa, tratando de quedar bien con la derecha dura ante la arremetida de K&K y, tal vez, ante el acoso de una primaria de la derechita cobarde inventada al parecer por necesidad imperiosa, a tropezones y a última hora. Los otros, principalmente el maestro chasquilla austriaco, metiéndose en líos innecesarios ante un público juvenil en estado de pudrición cerebral acelerada, que sueña con viajes puteros al sudeste asiático, y que no sabe lo que sucedió la semana pasada en su propia casa, o más bien en la de sus padres, ya que ellos pretenden vivir libres de ataduras, como animalitos del bosque, fornicando, sin casa, sin familia y sin pagar IVA ¿A estos monitos pretenden enseñar historia en dos minutos antes las cámaras de televisión? Bueh…

 

Si yo fuera político, y gracias a Dios no lo soy, respondería siempre lo mismo, en tono burlesco, dejando de manifiesto que los periodistas son escoria social dedicada al escandalo permanente. Les diría que miremos hacia el futuro y que quien quiera enterarse de lo que sucedió en aquella época, lea la declaración de la cámara de diputados del 22 de agosto de 1973 en que solicitan la intervención militar. Mi opinión es que yo suscribo esa declaración y punto final, y quien quiera conocerla que la lea. No la leerá nadie. Fin. Si insisten le digo que me dejen trabajar tranquilo por el futuro del país, y que no hagan el ridículo ante las cámaras, pero de manera simpaticona, sin estridencias, sin mala onda. Molido y en la boquita de los niñatos que ven cuñas en YouTube y TikTok

 

¿Para qué seguir dándole y dándole a este temita cinco décadas después, si ya nadie recuerda o conoce qué sucedió, y una cuña periodística no es el lugar para hacer un análisis histórico, menos aun si la prensa busca el error para armar el escándalo de la semana ante jovencitos que viven como animalitos del bosque, comiendo, cagando, fornicando y, por supuesto, viajando?

 

Es que les falta inteligencia y manejo. Y en manos de estos fulanos estamos. No quiero imaginar como reaccionarían ante un problema real del país.