Ayer estuve
a punto de escribir sobre la renovada Fuente Alemana de Plaza Italia. Vi la
noticia y dije al instante, va a durar un día sin que la rayen. Tal cual, duró
un solo día, probablemente unas pocas horas:
Así la entregaron:
https://www.emol.com/noticias/Nacional/2025/10/17/1180707/restauracion-monumento-fuente-alemana-metro.html
El alcalde
Desbordes anuncia la instalación de una reja que circunde el monumento. Yo me
pregunto que sucederá antes, si la destrucción de la estatua o la instalación de
la reja. Y me pregunto también cuanto tiempo durará la reja. El problema es que
en Chile hay demasiado chilenos atorrantes y envidiosos.
El odio y el
resentimiento del chileno no tiene límites. A mi me parece que tiene sus orígenes
en una cultura eminentemente envidiosa anclada en el antiguo régimen con clases
sociales muy marcadas. Envidian y odian al “señorito”, al tiempo que quisieran
relacionarse con él, pero el señorito los desprecia tanto como él desprecia al
señorito. Revisen a Coco Legrand desde el minuto 25:20 hasta el 28:40 https://www.youtube.com/watch?v=S8oYPUNb2MU&t=3228s
La gallá,
entonces, vive arrancando de su origen, y al despreciarlo tiene dos opciones, o
lo manifiesta destruyendo, o lo oculta transformando su arribismo en abajismo. Y
los hijos de los abajistas manejan al lumpen que raya la estatua de Plaza Italia
mientras odian a los propios abajistas ¿Es todo muy enfermo, verdad?
Como quieren
estar donde no están, quieren ser lo que no son, quieren tener lo que no tienen,
y más encima su arribismo choca con el desprecio del verdadero rico que por más
esfuerzo que hagan por parecerse a él este ni le cree ni lo quiere, se revelan.
Quienes
siguen “abajo” (según el criterio del propio arribista) desprecia al de arriba,
y quien intenta aparentar ser lo que no es desprecia al de “abajo” que le
recuerda el origen del cual arranca. Como digo, es todo muy enfermo.
No hay reja
que Desbordes pueda instalar para detener mentes tan enfermas como las que
describo. En fin…, funciona más o menos así, creo yo.