Bueno
cabros, se nos va este nefasto 2015 y se avecina un 2016 que amenaza ser, en el
mejor de los casos, más o menos lo mismo, si es que alguien a estas alturas
peca de optimismo desmedido.
Pienso que
toda la parafernalia de la AC se va a tomar el próximo año. Cada día aparecerá algún pelafustán en la televisión proclamando
una nueva y genial idea. Amenazarán a los agricultores con estatizar
los derechos de agua. Acusarán de “rentistas” a quienes se dedican
al negocio inmobiliario. Pedirán terminar con las herencias o gravarlas con
impuestos escalofriantes. El cobre será del pueblo (es decir, de los políticos y
los sindicatos). En fin…
Todo el
mundo comenzará a preguntarse desde donde le llegará el pencazo, por lo que decidirán
“esperar a ver que pasa”. Será un año de espera, y eso no es negocio para
nadie, salvo para quienes quieren quedarse con toda la torta en nombre de los pobres
y desarrapados de este mundo.
Tendremos
hordas de miserables gritando por las calles. A los futbolistas y empleadas domésticas designados por la Claudia, con velas en este entierro,
el del fin del “modelo heredado de la dictadura”. El populacho bárbaro
continuará opinando sobre una constitución que jamás ha leído, y soñando con una nueva que termine con sus miserias y desgracias.
Indígenas; homosexuales;
travestis; mujeres; ancianos; exonerados verdaderos y falsos; torturados
verdaderos y falsos; retornados verdaderos y falsos; pobres de los más diversos
quintiles y deciles; investigadores al peo; escribidores de papers; defensores
de los animales, de la Patagonia, de los árboles, del agua, del aire, del mar,
de montañas y valles; estudiantes que no estudian; sindicalistas devoradores de
langostas; empresarios coludidos; empleados públicos calienta asientos, todos propondrán
una ley y aun acápite en la nueva constitución que les permita quedarse con el
dinero ajeno; el nuestro.
En eso
consisten la democracia, la dictadura, la república socialista, el capitalismo oligárquico,
el corporativismo y demás formas de organización. El fin último es capturar el
Estado para robarle al prójimo.
Es la ley
del manotazo y el arreglín. La componenda, la pedida con tejo
pasado, el compadrazgo, la movida estratégica, el fecundo y famoso pituto, la extorsión
disfrazada de bono de término de conflicto. Todos quieren
dinero, más dinero y más dinero, pero del “otro”. Todos quieren sacar partido haciéndose
los lesos.
El próximo año nada cambiará porque seguiremos siendo humanos,
demasiado humanos. ¡Salud!.