Los cabritos del “techo”, aunque promueven igualdad y
socialismos varios, no se reconocen necesariamente de izquierda, sino que “sociales”,
aunque los jesuitas se encargan muy gentilmente de que no comprendan la
diferencia. De ahí al socialismo o más allá…, ya saben. En el colegio del cabro
chico también son bien sociales para sus cosas, con decirles que ya comenta
sobre niños pobres que no tienen lo que él tiene ni comen lo que él come, y
hace un par de semanas fui en calidad de reo a una misa donde ofrendamos un kilo
de harina y otro de lentejas. Todo bien social. Ya sabe la patrona que si su corazoncito
de mamá nos
sale comunista o termina dándole de comer a un negrito famélico víctima de una
guerra civil entre caníbales en el centro de África, es sin chistar.
Hablar de lo social es grito y plata, más aun que un
delantal blanco con estetoscopio incluido revistiendo a una ¿ex? mirista y frentista
. Los comunistas, por ejemplo, han matado a más de cien millones de personas,
pero se mandan un ofrecimiento social y tienen a medio Chile estirando la
manopla. Ossandón quiere una derecha social con harina, lentejas y un sueldo mínimo morrocotudo.
De ahí al cielo hay solo un paso, o al menos eso piensa él.
Hablar de los social es muy fácil, vendedor, y otorga una
autoridad moral sin discusión. Aplicar lo social a la vida real es más difícil
y, que resulte algo positivo de eso, como por ejemplo reducir la pobreza, ya
limita en lo imposible. Pero como los que hablan de lo social no tienen
problemas económicos, no importa mucho.
Si queremos entrar al área chica de lo social tenemos que
considerar quienes componen la trilogía. Los pobres, quienes se dice se
benefician de lo social; el grupo que habla de lo social sin ser pobre ni tener
que poner un billete para resolver los problemas sociales; y por último los que
no tienen nada que ver con este asunto, pero cuentan con el dinero con el que los que hablan de lo social disponen sin preguntar para la obra social.
Como siempre. Uno pide que le den y sale en la foto recibiendo,
el otro entrega lo que no es suyo y sale en la foto dando, y el tercero paga la
cuenta y no solo no sale en ninguna foto sino que se le enrostra que no es
social. Cosas de “lo social”.