LOS PILLARON.

Dicen que un hacker filtró 37 millones de nombres de inscritos en Ashley Madison, un portal dedicado a promover citas de personas casadas y me imagino que también de solteras. Debo reconocer que me encantaría tener esa lista en mis manos, colocar nombres y esperar a que aparezcan. Lo sé, sería disfrutar de la desgracia ajena, pero que quieren que les diga, soy humano.

Esto es como tener la lista de todos los políticos que reciben dinero de las diferentes empresas oligopólicas, monopólicas, las que trabajan con tarifas fijadas por el Estado y las que reciben concesiones.

También me gustaría tener en mis manos una lista con todos los que proponen educación estatal para el populacho bárbaro y otra con la información sobre los colegios particulares donde estudian sus hijos. Anda una por ahí, pero muy reducida.

Sería fabuloso saber si quienes proponen terminar con las Isapres se atienden en la Santa María, Las Condes o la Alemana.

Me encantaría conocer cuentas secretas en bancos extranjeros de políticos socialistas y fulanos que van a la iglesia, matriculan a sus hijos en colegios jesuitas o salesianos y hablan de “lo social”, mientras evaden impuestos que servirían para hacer el bien católico.

Así como nos enteramos que Dávalos, el hijo de la Santa Patrona de Chile, en solo unos meses logró pertenecer al 1% más rico de Chile pasándose la igualdad por donde termina su espalda y comienza su cerebro, me encantaría encontrar en la lista de Ashley Madison a algún honorable señor o a alguna distinguida dama conocida. Si, lo sé, hay que ser un poco desgraciado, pero que quieren que les diga, soy  humano y no lo niego.

Muy bien, podre ser muy desgraciado, pero soy honesto. Envió a mi hijo a un colegio particular; a mi hija a una universidad privada; me atiendo en la Santa María y Las Condes; no evado impuestos porque no tengo cuentas en paraísos fiscales, por lo que no podría invertir lo no declarado, o de lo contrario lo haría sin ningún remordimiento; no soy un hipócrita que promueve “lo social” para la foto, y me parece que quienes son pobres en pleno Siglo XXI es porque son flojos y se lo merecen o no les importa serlo y los aplaudo por ello.

Como me importa un maldito pucho lo que opinen de mí los demás, puedo decir que  nunca tendré estatuas, ni mi nombre en una calle, ni me iré al supuesto cielo donde vegetan eternamente los justos. Me conformo con no ser un farsante y así poder decir lo que pienso.

¿Qué si aparezco en la lista de Ashley Madison?. No, yo no, ¿y tú?.