La Izkia
lleva dos semanas en la peguita que le dieron por haber salido en la tele con
singular éxito. La Izkia es mujer, madre y comunista ¿Qué mas podemos pedir? Solo
le falta auto percibirse como Izkie y pasa a la historia, no precisamente de la
humanidad, aunque al menos del Chile como hoy lo conocemos.
Durante
estas dos semanas, la Izkia se ha debatido entre hacer y decir tonterías y luego
desdecirse de ellas. Los matinales son una cosa y la realidad es otra. La Izkia
es super buena nombrando palabras como multiculturalismo; sororidad; cosmovisión;
ciudadanía; todas, todos y todes; diálogo, y en declararse en alerta, en reflexión
y en estado de indignación. La Izkia es tambien muy buena para convocar, ser convocada
y autoconvocarse, siempre “dentro del contexto de los movimientos sociales y
las justas demandas de la ciudadanía postergadas durante treinta años”. Tengo
la impresión de que la Izkia no es tan lesa y se aprendió la frase de memoria. Creo…
Claro que la
navidad termina al día siguiente, igual que los buenos sueños, y le llegó el
desagradable momento de trabajar, y eso, para un izquierdista, siempre es un
problema. El trabajo los enfrenta con la realidad, con las carencias personales,
con la mala fe y falta de voluntad de quienes -tal como la misma Izkia en su
momento- solo buscan satisfacer sus intereses personales o los del amo que los
ha puesto en el destacado lugar en que se encuentran, y en el que no estarían por
méritos personales.
Ahora bien,
eso no significa que la Izkia no sirva para el cargo. De servir, sirve. Ella es
percibida por el populacho bárbaro como “una de las nuestras”, tal como el
mismo Boric, y el resto de los descamisados, barbones y floripondias que
completan el plantel.
Recordemos
que este es un gobierno popular, digamos del pueblo, o más bien de los que se
sienten oprimidos. Es más, de aquellos que, dentro de su menesterosa condición cultural
y a veces intelectual -ni hablar de la psicológica- no logran comprender la razón
por la que ellos no son capaces de lo que otros sí ¿Cómo le hacemos entender al
aproximadamente 78% de la gallá que les faltan unas chauchas para el peso? Es
decir, una cuantas…, o más… Hartas en realidad…
También
debemos decir que hasta el mas entusiasta elector se cabrea después de un
tiempo. Después de todo, eligieron a Boric y sus secuaces para robar y repartir,
y para hacerlo luego. De nada les servirá haberse presentado a la asunción del
cargo sin corbata, barba de varios días, vertidos floreados, guaguas
encaramadas en su humanidad, ropita comprada en calle Bandera, voluminosos
collares de cuestionable gusto y demás cínicas muestras de ¡Mírame, “tú también
estas aquí”! Yo te represento.
El populacho
bárbaro, si bien se ha sentido debidamente representado en esa postal kitsch de
gentecilla que, supuestamente “logró el éxito”, o “logró su meta”, o si quieren
“le ganó al alguien” (a propósito, ¿por qué la gente está obsesionada con “ganarle
a alguien”?), yo lo encuentro ridículo y vulgar. En fin…
Como decía,
a pesar del éxtasis inicial, la Izkia, Boric y el resto de la manada deben
ordenar algo la casucha. Estas muestras de chapucería pueden terminar desilusionando
hasta al mas entusiasta consumidor de frase celebres, ideas fracasadas y arengas
buena onda.
Toda esta palabrería
redactada por académicos tramposos y leída sin pensar por políticos mentirosos
sirve para ganar, no para gobernar, al menos no por mucho tiempo, mas aun si el
dinero comienza a escasear.