Nuevas declaraciones
de involucradas en el hipócrita escándalo de los “casting”, confirman mi tesis.
Todos sabían, siempre ocurrió. Digamos que es parte del negocio. Si quieren
podemos agregar que somos humanos.
Asegura Mariana
Derderian, actriz de teleseries y según propia confesión, visitante del
departamento del psicópata, deben ser más de cien las señoritas que hicieron “casting”.
Dice que la situación era comentario obligado en el canal. Sin embargo todo seguía
igual. Era parte del paisaje. Lean: http://www.emol.com/noticias/Espectaculos/2018/04/30/904427/Mariana-Derderian-por-acusaciones-a-Herval-Abreu-Es-la-tipica-persona-que-si-tu-no-le-corres-la-cara-te-dara-un-beso.html
Mariana tiene
un mérito, y si bien “matiza”, reconoce aceptación y complicidad de sus pares: “en
algún lugar podíamos entender a las que sí iban". Y agrega: "ninguna de nosotras es
inocente, porque todas contribuimos a que esto pasara y perdurara en el tiempo”.
¿Qué semejanza
tienen este caso, el caso de los curas pedófilos, el caso colusión y, por
ejemplo, el caso facturas de políticos? Si lo analizamos con cuidado, todo. Un personaje
poderoso (cura, director de TV, político famoso, empresa importante), necesita
alguien que cruce la línea a cambio de una recompensa (papel protagónico,
gerencia de empresa, “redes”, “contactos”, un lugar en el paraíso y, por
supuesto, ascenso económico y social) Es un negocio conocido por ambas partes,
cada uno busca lo que más quiere y da a cambio algo que cree vale menos de lo
que recibirá. Normalmente la dignidad de una persona ambiciosa y/o cobarde es
transable, y por lo tanto no es impedimento para negociar.
A pesar de que
la historia de la humanidad se puede resumir en la constante lucha del hombre
en busca de su libertad y la justicia, nuestras miserias y debilidades pueden
llevarnos a una esclavitud voluntaria. Es la relación amo-esclavo. Aquí un buen
ejemplo: http://www.elmundo.es/opinion/2014/12/26/549dbe90ca474162158b456c.html