Un luchador
social de 16 años, alumno del primer foco de luz de la nación, se paseaba por
la Plaza Santa Ana con su mochila repleta de botellas de acelerante. Iba a una fiesta
de la democracia. https://www.emol.com/noticias/Nacional/2019/05/31/949776/Detienen-a-alumno-del-Instituto-Nacional-por-portar-botellas-con-acelerante-en-su-mochila.html
Carabineros recibió
la denuncia, probablemente se dirigieron al lugar de los hechos con toda la
calma del mundo, dando tiempo a que el joven idealista se retirara tranquilamente,
pero el plan falló, lo encontraron y lo detuvieron. La baja sin derecho a pensión
debe haber rondado por sus mentes.
Un buen
abogado de esos barbones mal vestidos, alegará que son materiales del ramo de
técnicas especiales -¿aún existe ese ramo?-. Y un buen juez de esos vestidos de
rojo seguramente aceptará las contundentes pruebas. Se hará justicia, para eso
recobramos la democracia.
Probablemente
el cabro avispado se encontraba en la plaza pololeando con alguna cabra marxista
dueña de su cuerpo y partidaria del aborto público, gratuito y de calidad,
alumna del vecino Liceo Uno, ya que el campo de prácticas se encuentra en la
esquina de Arturo Prat con Alameda, dentro y fuera del colegio. La esquina del
terror.
El Alcalde
de Santiago asegura que cualquier día de estos puede haber un muerto. La
izquierda se frota las manos, no siempre encuentran un mártir a su disposición.
La derecha ruega porque esto no suceda, al menos de aquí al próximo 5 de marzo
del 2022 después del mediodía.
El rector
del primer foco de luz de la nación espera jubilar antes de que lo echen. Los
alumnos que pretende estudiar, dar la PSU, ingresar a alguna universidad sin
fines de lucro y encontrar una peguita no muy exigente y bien pagada en la administración
pública, deberían buscar un nuevo colegio. Quienes pretendan hacer carrera política
debieran mantenerse donde están, no encontrarán un lugar mejor. Carabineros
debiera demorarse un poco más en sus operativos, tal vez copiar mal la dirección,
esto si pretende llevar comida a sus casas.
Los
profesores corren riesgos vitales en el ejercicio de la profesión, un riesgo
muy bien ganado luego de largas y contundentes charlas sobre la razón de la sinrazón,
las injusticias en este perro mundo, el paraíso terrenal y la receta para
encontrarlo.
Y así, todos
llevan su merecido.