La derecha,
toda ella, no aprende. Si Desbordes y Duque pretenden postular contra Hassler,
que irá en solitario, van a perder la alcaldía de Santiago, repitiendo la
historia de Recoleta en 2012, en la cual una derecha dividida entregó el municipio
al comunista Jadue, con los resultados conocidos por todos.
La derecha postula
a Desbordes, tal como se comenta en una entrada anterior, un candidatito del
montoncito que no le ha ganado ni a su sombra; y Duque es respaldado, como él
mismo menciona, por el Partido Social Cristiano, Kaiser y el Rojo, es decir,
por fanáticos patrioteros, fanáticos religiosos, y oportunistas trásfugas del
PR que soliviantan a su barra brava de ultraderechistas, es decir, los mismos
que boicotearon la excelente constitución de JAK que, entre otras gracias, modificaba
el sistema electoral y la cantidad de parlamentarios, enviando a estas mayorías
irresponsables y frívolas al tarro de la basura (esta fue la principal razón para
rechazar, el interés personal por sobre el del país) https://www.biobiochile.cl/biobiotv/programas/podria-ser-peor/2024/04/23/aldo-duque-confirma-carrera-por-santiago-no-me-quisieron-hacer-la-cama-sino-la-fabrica-de-muebles.shtml
La mayoría
de los personajes que hoy juegan a la política son bastante miserables, mediocres,
falsos, oportunistas, e interesados principalmente en obtener puestos demasiado
bien pagados, dinero que sin duda jamás hubiesen soñado obtener trabajando en
la empresa privada.
Imagínense
ustedes qué ingreso podrían obtener los mencionados en esta entrada, y no solo
ellos, en un mercado laboral difícil y exigente. Desbordes, Kaiser, Duque, la subnormal,
Rojo y tantísimos otros, ¿de que viven o vivían antes de su aparición pública?
Perder una elección
es par ellos perder un nivel de vida soñado, imposible de igualar en cualquier
otro escenario, al que se aferrarán a toda costa y a todo costo para los demás.
Esta es una
de las principales razones por la que estamos como estamos, el rasquerío es muy
grande, aunque alguno se presente ante el respetable público como buenista,
como profesional, como eximio charlatán, como salvador de la patria, como
defensor de los necesitados, como poseedor de alguna solución rápida, como
vecino de la plaza o como víctima de la sociedad.
Cada uno intenta
convencer a su público objetivo de la manera más eficaz, más descarada, mas vergonzosa,
más escandalosa, más miserable; porque al final todo es una mentira, todos
ellos son una mentira, y los giles están ansiosos de creerles.
¿Y si esto
perjudica al país? Pues no parece interesarle a nadie.