Me enseñaron
desde cabro chico que debemos aprender del que sabe. Esa es la razón por la que
jamás permití que el colegio interfiriera en mi educación. Lo único que ha
valido la pena aprender, lo hice trabajando, en la llamada universidad de la
vida. Mirando, tratando de entender lo que veo, copiando y adaptándolo a mi
realidad.
Expertos,
Transantiagos, mesas de dialogo, mesas sociales, papers irracionales, intentos
de ver el futuro, cuadraturas del círculo, comités y demás barbaridades, todas
ellas ideadas y aplicadas por quienes no saben lo que hacen ni lo que dicen,
han sido la perdición de Babrarilandia.
La última
estupidez ha sido el rebaño de Mañalich, Piñera y asociados. Pensaron mal,
copiaron mal, implementaron mal lo que copiaron mal, y así llegamos a lo que
llegamos.
En este
artículo, el encargado del asunto en Nueva Zelanda, nos explica que hicieron
ellos, ¡y resultó! Una prueba de inteligencia, humildad para observar y
aprender de lo vistió, y seriedad para aplicar lo planificado. https://www.latercera.com/mundo/noticia/michael-baker-epidemiologo-y-asesor-del-gobierno-de-jacinda-ardern-queriamos-eliminar-el-virus-en-lugar-de-contenerlo-como-los-otros-paises/ATJIWKKVQZGHBALHRN7IIN4PCM/
Algunos que
aún no dan su brazo a torcer, insisten en rebaños, conspiraciones y cálculos
que den muestra su ignorancia matemática o su intención de justificar su
posición a cualquier precio. Veo con estupor, como connotados youtubers hacen
el siguiente cálculo que no tiene fundamento, para hacernos creer que la
mortalidad del virus es menor a la real: Total de la población del país,
dividida por el número de muertos al día de hoy. Entonces obtienen una cifra
ínfima ¡Error!