CHILENITOS VIVOS.

Estamos como estamos, y no me refiero solo al desastre en el manejo del coronavirus, debido a que el país está absolutamente fuera de sí. Vivimos en un descontrol total. La Alianza Público Privada, vendida a las masas como una suerte de cooperación, es en realidad una organización delictual de tráfico de influencias, prebendas estatales y robo a mansalva. Fiscalizador y fiscalizado olvidan sus funciones y comienzan a ser socios, con privilegios que nadie más tiene.

El populacho bárbaro se creyó el cuento del éxito y el fracaso. Confunde la libertad con el libertinaje, el desapego a las tradiciones, la familia y las normas de convivencia mínimas. Confunde el capitalismo con el consumismo, la riqueza con el flujo de dinero, la educación con la certificación universitaria, y las supuestas necesidades con el derecho a satisfacerlas.  

Un grupo cada vez más pequeño trabaja “como toda la vida” se trabajó. Desempeñando un oficio o profesión de manera ética y profesional, en el caso de los trabajadores e independientes, y trabajando duro, ahorrando e invirtiendo, en el caso de los empresarios de todos los tamaños.

El capitalismo, la democracia representativa, la observancia al estado de derecho y la legalidad vigente, el orden económico y financiero de la administración estatal, heredadas del Gobierno Militar, han dado paso, primero a un corporativismo corrupto, hoy encaminado hacia un sistema socialista, no sabemos en qué grado.

El Estado crece sin parar, repletando oficinas con amigotes, compadres, parentela y miembros de la banda, los impuestos para financiar al gran ladrón siguen la senda. Empresarios coludidos con el poder y personas en busca de un supuesto éxito a costa de “los otros”, votan por políticos corruptos, ignorantes y populistas que obtienen el poder a cambio de repartir el dinero ajeno y promesas infundadas de un futuro esplendor, en el que manará la leche y la miel “de los otros”.

Chile se ha transformado en una gran feria de vanidades y degeneración ética y moral, financiada por cada vez menos personas dispuestas a ser esquilmadas a mansalva. Mientras tanto, los grandes empresarios apuestan por un cambio constitucional que suponen les entregará más poder a los políticos que aseguran poder seguir manejando y con quienes pretende seguir acomodándose en el futuro, y gente que pretende tirar la casa por la ventana, en un último intento por conseguir lo que no tienen, lo que no saben cómo obtener por sus propios medios y seguramente por bienes materiales que no necesitan y no son más que ilusiones de mentes entregadas al consumo, movidas por la envidia y el resentimiento.

Chile se jodió por la falta de un nivel mínimo de ética y moral necesarios para vivir en libertad y por lo tanto con responsabilidad. De ahí nace el éxito del crimen organizado el 18/O, apoyado por masas de gentuza apiñada en las calles y agolpada en los balcones junto a una olla y un cucharón, avivando el incendio que consumía a Chile por los cuatro costados. De ahí nace el triste show que han dado tantos durante estas cuarentenas de risa que nadie respeta y que la mayoría pretende mantener, buscando un objetivo difícil de comprender. Pretenden seguir igual y conseguir resultados distintos a los que hasta ahora conocemos. Que pague el estado, que pague el vecino, que pague el que sea mientras no sea el que aviva la cueca de la mediocridad, la sinvergüenzura y el abuso.

Los chilenitos vivos mostraron su verdadera cara.