COLAS

El General Carlos Ricotti, jefe de zona de la Región Metropolitana, autorizó una timba que organizarían elles en Plaza Italia. Montaron un escenario donde demostrarían su orgullo. Ahora sabemos de qué se tratan las actividades esenciales. Ricotti consideró que eran pocos asistentes, solo once personas ¿Cuál es el problema? Nadie más se sumaría al orgulloso y magno evento ¿Ricotti pavimentando su candidatura a Comandante en Jefe? ¡Se siente!, ¡se siente!

Las redes sociales ardieron, y el temor hizo presa al intendente Guevara, quien hace unos pocos días casi vio su cabeza rodar ¿Y ahora, que hago? ¿Qué manda Twitter? La solución que encontró Guevara fue anunciar que la intendencia no puede permitir ni aprobar el permiso para tan esencial actividad ¡Uff!, qué manera de salir del problema. El intendente no se atrevió con elles. Guevara parecía Ronaldo, el verdadero, en sus mejores años en el Inter de Milán. Me voy por aquí, luego por allá, luego pico, dejo al defensa atrás y, ¡gol! Crack.

Pero esta vez las redes sociales pudieron más que la corrección política, y elles debieron suspender el esencial evento. Literalmente, tuvieron que meterse en escenario por la raja. Cosas de la cuarentena, que le vamos a hacer.

Mientras elles se fueron con la cola entre las piernas, más de un millón de personas solicitó permiso especial para sus impostergables actividades esenciales durante este domingo. Obviamente queda descartado poder trabajar, eso no es posible, alguien puede contagiarse ¿Usted es esencial señor? ¿A qué se dedica? ¿Qué vende? ¿Está con el pueblo? Váyase para la casa oiga, ya le mandaremos su caja con mercadería.

Tengo ganas de salir a tomar un helado. Pediré un permiso para comprarle un helado a mi abuelita (adulto mayor, como les dicen ahora), y de paso me compro uno para mí. Tengo la excusa perfecta. Las cosas hay que pensarlas bien, no como el fulano que fue a comprar jaibas a Pichilemu en avioneta. Hay que ser muy asopado. Yo, en ese momento, imitando a Guevara, hubiese dicho que las jaibas eran para mi otra abuelita, que también es adulto y bien mayor. Una jaiba esencial. Y zafo seguro.

La otra alternativa es salir a la calle con una docena de paquetes de tallarines. Si me para un carabinero le diré que los voy a repartir “entre quienes más lo necesitan”, argumento infalible con el que algunos han llegado a ser presidente o parlamentario. Seguro me dejan pasar. Por su puesto que no seré tan estúpido para decir que voy a trabajar, o termino en prisión por crímenes contra la sociedad.

En fin, un largo fin de semana largo muy movido. Colas de vehículos dirigiéndose a la costa, papelito mediante. Colas en Plaza Italia. Colas de personas solicitando permisos para actividades esenciales e impostergables. Ricotti en plena campaña. Guevara mostrado sus mejores fintas. Y yo con ganas de comer un helado y mis dos abuelitas en el cementerio sin poder ayudarme. Perro mundo.