LOS COMPAÑEROS OTRA VEEEEZ...

Hoy comenzamos a trabajar. No me tocó ministerio ni camioneta, aunque si una oficina en la casa nueva y un escritorio en el segundo piso. Ya constituí una sociedad con acciones al portador en Nevada, USA, donde depositaré todo lo que alcancemos a robar en estos cuatro años, o el tiempo que dure mi asesoría.

 

No aceptaré transferencias ni cheques, tampoco maletines negros tan desprestigiados últimamente. Las bolsas negras de basura son muy ordinarias y atentan contra el medio ambiente. Las cajas de cartón pueden desfondarse. El botín debe ser entregado en bolsas dobles del Líder o el Jumbo para que no se trasparenten los dólares, no solo debemos ser honrados, tambien debemos parecerlo. Creo que serán buenos años.

 

Gabriel sabe que solo contará con mis consejos por un plazo máximo de cuatro años, o hasta que decidan instalar la dictadura del proletariado. No podría permanecer en un país carente de ética y moral. Mis principios son intransables. Luego de ese tiempo, y previa venta de todos mis activos en Barbarilandia, el destino será algún remoto lugar del mundo con seguridad jurídica y un sistema impositivo territorial. No busco la fama, la gloria, una estatua, mi nombre en alguna plaza, ni algún triste recuerdo en un libro de historia zurda, prefiero unas cuantas decenas de millones de dólares, digamos unas diez o veinte, y arrancar a tiempo. Ya saben lo que dijo lord Palmerston, y aunque él se refería a la política internacional, yo pretendo aplicarlo a mis finanzas personales. Cada día me gusta más la política.

 

Desde mi idílico lugar de reclusión voluntaria, veré con entusiasmo como los verdaderos marxistas y los verdaderos patriotas se sacan los ojos que hasta el momento solo les han servido para mirar, aunque no para ver.

 

Nos vemos en Hollywood…