¿Se imaginan a un personaje totalitario como la Claudia con el poder total?
Se terminarían las sonrisas y aparecería la tía Margoth, o el tío Erich, o el tío
Fidel. O el mono muerto, o el mono vivo. Esa es la verdadera Michelle.
La Michelle añora la ex RDA. Sueña con la cubanización de Chile. La señora
es la misma de siempre porque la gente no cambia. Las personas inteligentes
cambian de postura gracias a la evidencia. Los fanáticos cambian la evidencia
por su postura. Se le llama fanatismo y está presente tanto en este gobierno
como en la calle.
Podemos deducir entonces, que la iñora no es una persona normal. Si lo
fuera, no haría lo que hace porque lo que hace va en contra de la evidencia, el
sentido común y la historia. Lo que hace y pretende seguir haciendo “por las
buenas o por las malas”, a pesar de las encuestas, a pesar de los avisos, a
pesar de lo extemporáneo de su postura, sencillamente no funciona. No le
funcionó a ninguno de sus ídolos con pies de barro, ni le resultará a ella.
No podemos construir una sociedad siguiendo los postulados de seudo académicos
que jamás han salido de sus escritorios, que crean mundos ideales en su
computador. No podemos construir una sociedad basados en el último deseo del
populacho bárbaro. No podemos redactar constituciones en Plaza Italia a poto
pelado, borrachos y drogados. No podemos sencillamente tener la frivolidad de “crear”
desde la nada.
Las sociedades no se construyen; evolucionan. Evolucionan gracias a la
experiencia de todos, a la sabiduría de algunos, a las ideas de uno que otro. Y
evolucionan en libertad, no evolucionan entregando el poder al estado y su
tiranillo de turno.
El sueño de todo dictador como la Michelle (porque ella en el fondo lo es),
es detener el tiempo, como lo detuvo el loco de Corea del Norte, Fidel, el tío
Erich y tantos otros. Se detiene el tiempo, las ideas, la evolución.
Ese es el sueño de todos los totalitarios, “crear” un mundo que no se mueva
donde la gente no piense, así no evolucionan, no cambian, y siguen venerando la
creación del líder hasta el fin de los tiempos.
El problema es que no resulta, ellos lo saben, aunque siguen intentándolo. Es
el fanatismo del dictadorzuelo.