La gallá
está cada día más loca. Algunas mujeres por ejemplo, le dan y le dan con el
patriarcado, con que son dueñas de su cuerpo; con que los hombres somos unos
violadores en serie; con que no las pueden mirar más de diez segundos continuados
sin cometer abuso. Pretenden no tener hijos o tener uno sin padre a los 40 o 50
años. Las más dementes preferirían adoptar un negrito famélico en Burkina Faso,
y solo se contiene ya que no contarían con un weas a quien cobrarle pensión de
alimento.
Los
millenials están convencidos que las experiencias son un patrimonio, por lo
tanto gastan todo su dinero en viajes, experiencias de compra y leseras que los
convierten en un buen negocio para los demás. Generalmente no tienen casa propia
ni ahorros, viven desarraigados en busca de algo que normalmente no encuentra,
esto es, lo que no tienen en ese preciso momento.
Los pobres
quieren ser de clase media; la clase media pretende ser de clase media alta; la
clase media alta pretende ser aceptada por los ricos; y los ricos viven
escapando de todos los demás. Así funciona el mundo mundial, o de lo contrario
los ricos aun veranearían en Cartagena, pero no es así, dejaron sus palacetes a
los pobres que ahora arriendan piezas en ellos, y compraron casuchas de madera y
coirón en Cachagua a los mismos pobres y clases medias de frentón. Es el
círculo vicioso y perpetuo de lo aspiracional.
Ni hablar de
los comunistas que viven promoviendo la democracia. O los socialistas que
buscan esa locura llamada “efecto par” entre los hijos de los demás, mientras matriculan
a los suyos en colegios pagados del barrio alto. O los empresarios que
promueven el capitalismo mientras se coluden.
La última
locura nacional consiste en contratar cientos de miles de empleados públicos,
mientras dejan al comercio, agricultura, construcción, transporte, venta
callejera y casas de remolienda sin personal, y para solucionar el problema que
causaron arman uno peor, importan cientos de miles de haitianos, colombianos y demás
lumbreras para reemplazarlos.
No hay
remedio, solo nos queda el cinismo. La vida no se puede tomar en serio.
es cierto, la Vida no hay que tomarla en serio....pero especialmente cierto cuando vives en Chile, un pais que dejo de ser serio hace rato
ResponderBorrarLos mismos proceres que te duice a pagina entera en El Mercurio que ahora Chile da confianza a sus inversionistas, esos mismos tienen su plata fuera de Chile.
La unica lucecita al final del tunel es Kast El Bueno, pero es demasiada pequeña frente al alud "progresista", que llena de parasitos a la Administracion Pca para que sean mantenidos por la Sra Juanita y su esposo D Paga Moya, via impuestos escondidos en los precios.
En algun minuto la burbuja va a explotar
Esperemos que Kast sume adeherentes, al menos para influir si es que no alcanzan para ganar.
BorrarEsto es una locura politicamente correcta.
Excelente resumen de lo que significa ser "millenial". Justamente, son aquellos que piden educación y salud "gratuitas" para poder viajar y consumir... Me toca convivir con gente de ese tipo. Felicitaciones por su capacidad de síntesis y saludos.
ResponderBorrarGracias Pais Real
BorrarEste mundo se esta volviendo un chiste de mal gusto.
ResponderBorrarAqui en Barbarilandia casi todos se creen evolucionados y modernos, pero valen callampa.
BorrarA veces tampoco entiendo nada, pienso que este no es el mundo en el que vivo. La multiculturalidad para mí es una afrenta a nuestra chilenidad, y la llegada de haitianos y gente de otros lados es una invasión no violenta, porque si fuéramos mañana a la guerra, no defenderían nuestro país, sino a los enemigos.
ResponderBorrarInvasión no violenta?
BorrarDémosle tiempo al tiempo a ver qué pasa.
Invasión y punto
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