De cabro
chico nos contaban historias. Nos aseguraban que Chile y la vida estaban
fundados en algunas certezas: Contamos con la cordillera más blanca, nos decían;
aunque ahora llueve poco o casi nada, y en lugar de nieves eternas debemos
conformarnos con terribles aluviones cada vez que llueve con “la calol”.
Nuestros
vinos son los mejores del mundo; aunque en realidad nos pagan solamente 28 dólares
promedio por caja. Nuestras empanadas calduas no tienen parangón mundial; sin
embargo nada nos decían sobre el atentado a la dentadura que puede ser una
aceituna con cuesco dentro de una amalgama de cebolla cubierta con masa.
Mire mijito,
nos decían en aquellos años mozos, si usted estudia para ingeniero, abogado o médico,
tendrá el futuro casi asegurado; menos mal que no hice caso y preferí dedicarme
al simple oficio de comerciante: comprar lo más barato posible y vender lo más
caro que se pueda.
Nuestras
mujeres son las mejores y más bellas de todas; algo que a simple vista y
viviendo lo suficiente, podemos descartar de plano. Y nuestros hombres los más
valientes -tratando de vivir de glorias pasadas-; sin embargo sabemos que la cobardía
y el oportunismo son cosa del día a día.
No, no somos
pobres por culpa de quizá que imperio extranjero; y esa tontería de que los
gringos nos roban el cobre para luego vendernos los alambres es una lesera
espetada por rojos semi analfabetos, fanáticos e insensatos. Nos decían que los
chilenos somos vivos y los gringos son giles; aunque en realidad ellos son más
bien serios y responsables y nosotros y unos pequeños sinvergüenzas de poca
monta intentando sacar provecho de cualquier situación.
El futuro no
siempre será mejor…, ni peor. Dios no proveerá, ni nos está viendo. La verdad
no siempre si impone. Los jóvenes no son el futuro de Chile, menos aun los que
tenemos hoy. La selección chilena de futbol no perdía siempre por el largo del
pasto, la humedad de Quito, la altura de La Paz, el cansancio del viaje, la
falta de experiencia, los cobros arbitrales, el cruel travesaño o el odioso
poste; perdíamos por malos para la pelota y buenos para el copete y las putas.
No sé cuál
es la idea de mentirnos día a día, de buscar lo que no existe, de creernos lo
que no somos, de ilusionarnos con fantasías que supuestamente otros nos impiden
hacer realidad.
Todo podría ser
mucho más fácil si tan solo no fuéramos como somos… Pero eso es otra ilusión, y no vale la pena soñar con hacerla realidad.
Triste realidad, Máximo, y lamentablemente, muy bien descrita ..... pero es lo q hay, y awevonadamente me gusta estar en este mi país, esperando el milagro (¿existen?) d q la cosas cambien pa mejor, y no q al contrario, la bacteria q infectó a Cubazuela nos la inoculen y nos obligue a pensar en emigrar como a tantos desdichados q ahora golpean nuestras puertas .........
ResponderBorrarEs nuestra forma de ver las cosas, no tiene mucha vuelta
BorrarLo que se desprende que Chile siempre ha vivido en las nubes.
ResponderBorrarClaro, siempre, no como en Cataluña, una eterna provincia con aspiraciones de pais. Jajajaja.
BorrarSi, quizas hugin, eso se desprende..
BorrarSi Máximo mucho jaja pero en comparación según Pib Cataluña es mas rica que Chile y sólo es una provincia.
BorrarY como dice el dicho en elmundo de ciegos el tuerto es rey.
ResponderBorrarAsí mismo es.
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