Este chileno
promedio ha sido convencido de las virtudes del pedigüeñerío sin límites. El Estado
proveerá. La vida es una sumatoria de injusticias. El mundo se divide entre
buenos (nosotros) y malos (ellos). Los ricos deben pagar y pagar cada vez más
impuestos. Cada cual puede exprimir su libre albedrío hasta la última gota. La
democracia low cost nos conducirá a la vida plena. El liberalismo no tiene límites
y el socialismo tampoco. La felicidad, entonces, está al alcance de nuestros chillidos
y nuestras quejumbrosas pedidas a tejo pasado.
La feria
libre de derechos sin límites que nos enseñan en colegios y universidades, vergonzosamente
manejadas por ex alumnos de esos mismos colegios y universidades, previamente
rebozados con la misma mierda oficial que ahora se esmeran en difundir a niños
indefensos y jovenzuelos insensatos, y que nosotros mismos revalidamos con
entusiasmo cada cuatro años en la fiesta de la democracia, nos ofrece la posibilidad
de fluir de genero; legalizar el robo; colocar a hijos ajenos en tómbolas; validar
socialmente aberraciones de todo tipo; fomentar listas de espera en hospitales
-mataderos; atentar contra las libertades ajenas; legislar contra natura y la
ley de gravedad, y así hasta nunca acabar.
La educación
formal regentada por quienes realmente mandan en este juego de máscaras pretende
formar a mamarrachos seguidores y difusores de la ideología reinante, a cambio
de, según venden a sus desesperados padres, ayudar a cariñito de mami y papi a encajar
en ese mismo grotesco sistema y, por lo tanto, a encontrar pega. La educación formal
crea hordas de zombis semianalfabetos desprovisto de todo pensamiento crítico,
acobardados y envilecidos; puestos ahí por padres que han renunciado a su obligación
a educar.
La educación
formal, ese proceso permanente de adormecimiento de la iniciativa personal y
lavado cerebral, se vende a padres y madres como una especie de imprescindible salvoconducto
hacia el éxito, sea lo que sea esa dualidad enloquecida de éxito-fracaso que
tanto pánico causa a la población cretinizada.
Quienes nos hemos
revelado a la inoculación forzosa de esa mierda oficial y sistémica, somo considerados
peligrosos, desubicados, el loco del pueblo, o algo peor, un desadaptado social
que se deben reprimir. La libertad siempre se debe reprimir -con ello cuenta la
gentuza gobernante- ya que atenta contra la siniestra educación formal crea-tontos-útiles.
Concuerdo contigo en esta pasada.
ResponderBorrarTodo lo que están haciendo es nada más que pegarle palos al avispero y después dicen que las avispas son las malas.
Yo no sé si los que tienen el cerebro lavado pueden reaccionar, ni siquiera creo que quieran hacerlo.
Borrar"puestos ahí por padres que han renunciado a su obligación a educar...." acusa MAXIMO y pone el dedo en la llaga. Ese es un gran problema. Que a n uestros hijos los eduquen otros.
ResponderBorrarEs la irresponsabilidad total
Borrar"asi como sea la escuela, asi sera la Nacion entera", pronosticaba la Gabriela Mistral
ResponderBorrarDon Maximo,
ResponderBorrarMuy buena entrada...
Mire estos videos que sin duda corroboran con su escrito.
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