GENTE ACTUANDO LIBREMENTE.

Los principios de la extrema izquierda se transan en el mercado, no hay duda de eso. Leo toda la prensa por internet y no aparece ninguno de los pontífices de la verdad total despotricando contra la Teletón, tal como lo han hecho todos los años en que no hay elecciones en dos semanas más. Temen enfrentarse a la “voz del pueblo” que apoya el show de 27 horas.

La extrema izquierda pretende terminar con la Teletón porque es un ejemplo descomunal de capitalismo y libertad personal. Todos quienes quieren participar y pueden obtener algo a cambio, mientras benefician a un tercero, no por altruismo, sino por conveniencia, pueden hacerlo. ¡Sin curas ni políticos entremedio!

Nada impide, tampoco, que los hospitales del Estado de Chile atiendan de manera más ágil, oportuna, económica y eficiente a niños discapacitados, y así ganar la preferencia del público. Es decir, el Estado puede entregar una atención “pública, gratuita, de calidad y sin fines de lucro” a los niños discapacitados y sus familias, pero no lo hace ¡porque no es capaz de hacerlo!

Es decir, el Estado no pretende competir con la Teletón, necesita destruirla para luego entregar una solución deficiente que no pueda ser comparada con la competencia. Es la maldad absoluta.

La Teletón es una bofetada a todo estatista recalcitrante que pretende jugar con la vida, la libertad y la propiedad de las demás personas, mientras ellos, los pontífices de la verdad absoluta, viven la mejor vida capitalista que les es posible.

Es por esto que yo respaldo la Teletón. Porque Las personas tienen el derecho a organizarse libremente en busca de un beneficio, sin que curas ni políticos interfieran en ello.