martes, 30 de julio de 2019

ENRIQUE LAFOURCADE.


Ayer falleció don Enrique Lafourcade. Siempre he dicho que en el colegio no aprendí nada que valga la pena, tal vez solo lo que no hay que hacer. Lo poco o mucho que se, lo hice trabajando con mi padre y leyendo las crónicas domingueras de Lafourcade en El Mercurio. De ahí en adelante corrí por mis propios medios. Hasta el día de hoy.

Lafourcade me mostró a Nietzsche, fundamental; las vanguardias; el surrealismo y Bretón; la generación del 50, creación de don Enrique; Hesse; Fitzgerald. Lafourcade me enseñó a leer y a escribir. Él recomendaba libros y yo los buscaba. Contaba historias y yo las imaginaba. El lobo estepario, El gran Meaulnes, El llamado de la selva. Libros de juventud.

Lafourcade nos mostró un Santiago que ya se fue. Recobró historias, personajes, bares de poca monta. Mantuvo vivos a sus amigos, rivales, compinches. Teófilo Cid, Enrique Gomes Correa, Enrique Lihn, Braulio Arenas, Jorge Teillier y tantos otros.

Leer las crónicas de don Enrique era pasear por lugares desconocidos, entre ironías, a veces invectivas deslenguadas, disgregaciones que nos cambiaban de ruta antes de continuar. Era entretenido Lafourcade, sin ínfulas de “intelectual” aburrido que escribe en difícil para que no lo lea nadie.

Solo vi una vez a don Enrique, transitando por el centro comercial de Providencia con Ricardo Lyon, con su sombrero Panamá. Inconfundible.

Lafourcade fue un hombre valiente que no se vendió al poder de turno, y a cambio, su gran premio fue no haber recibido el premio nacional de literatura que merecía con creces. Pero eso da igual, lo importante es saber en vida que lo que se hizo fue lo que se creyó correcto, que vivió como quiso y, que dejo, sin dudas, miles de seguidores que lo recordaremos con cariño y agradecimiento.

Si algún día tienen la oportunidad de pasear bajo la sombra del Parque Forestal, busquen bajo el gran tilo, ahí estarán esperándolos Lafourcade y el “chico” Molina divagando sobre vaya a saber uno que cosa.



18 comentarios:

  1. Describes muy bien los temas y autores que tocaba. No se vendió a nada. También leía esas crónicas.

    Con los flojos que están los estudiantes secundarios y de la universidad, ni siquiera podrían digerir una novela Hesse.

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    1. No, hoy no creo que entiendan mucho de lectura ni de nada que no sea derechos.

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  2. Lo conocí....y me sorprendió, fue en un momento que recibí un estímulo literario....el hombre se imponía....de verdad lo digo Q.E.P.D. y mi pésame a su familia.

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  3. Güena, Máximo ......has mostrado en este escrito una vena sentimental y poética q no t conocía, y q disfruté agradablemente, q llevas oculta kizá x tu innato toque punzante e irónico, q dominas a la perfección, sobre la vida, la gente, y otras yerbas .....

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  4. Chilenitos tímidos, armémosnos d valor x una vez q sea y acudamos en masa a la marcha anti-inmigración desatada e indeseada con q la zurdONU nos ha invadido, el domingo 11 a las 11 hrs ...... no usen la barreta pa no asistir xq los cabros chicos querrán celebrar el comercial Día del Niño, Niña, y Niñe .......... Chile primero ........

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  5. Otro de los grandes que también se nos va y muy lindas tus palabras de un merecido homenaje de tu parte Máximo.
    Qué cierto lo que dices de ése Santiago que ya no existe,me hiciste recordar una ocasión en que visité Chile en la década de los noventa en dónde me pegué una vueltoca por Reñaca en dónde conversé con el muy querido viejo barquillero que conocía desde niño,èse que tenía esa voz carraspera inconfundible, y básicamente en sus palabras me dijo que toda ésa gente desgraciadamente ya se fué y que ahora había OTRA CLASE DE GENTE, y qué cierto es.

    Y a propósito de la gente que existía en Chile hace no tanto tiempo...que todo Chile vea en Youtube el funeral del Almirante Toribio Merino para que con sus propios ojos vean las muestras de cariño y agradecimientos hacia su persona.

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  6. excelente tu articulazo MAXIMO, revelador tanto de Lafourcade como de tu gran persona.

    Les contare anécdotas perversas

    En la Sociedad de Escritores a la cual iba Lafourcade deambulaba un marimacho maligno, una mujerona golpeadora y forzuda. Su hobbie era provocar a la gente de modo que cuando le respondían los golpeaba.Los humillaba

    Le decían "la pelirroja", creo que se llamaba Stella Diaz. Se jactaba de haberle pegado 3 veces a Lafourcade. Eso significaba que tres veces Lafourcade la enfrento , y 3 veces fue nuevamente a la Soc de Escritores.

    En El Mercurio Lafourcade la describió como "un fenómeno de circo que, enjaulada, deberia ser exhibida a lo largo de Chile"

    Tenia razón.
    Cuando en la Soc de Escritores invitaron al "padre del teatro absurdo", Ionescu, este acepto sin saber lo que le esperaba. Estaba flanqueado por dos de los Parra. Entonces apareció el marimacho provocando y espetandole "que tanto Absurdo, que tanta huevada...."

    Los dos Parra replicaron " por favor, Stella, mas respeto..." Y los dos rodaron por el suelo con sendos puñetazos del maligno marimacho.

    El único idiota que cuando esa fulana murió la alabo en El Mercurio fue un tal Soublette que cuenta que el toma taxi para ir a dejar las Cartas que envía a El Mercurio y que las escribe en una maquina Olivetti..


    Pero volvamos a Lafourcade. En ese mundo brillante y opaco se desenvolvió Lafourcade. El Absurdo donde prevale el milagro de "lo humano". Esa mente brillante vapuleada finalmente por el Alzeihmer.






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    1. Jjajaja, pues ahora estaría de moda esa yegua, trabajaría en un matinal o sería diputada...

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  7. Lafourcade nunca fue uno de mis escritores favoritos, pero lo unico que podía alabarle fue el hecho que mantuvo su consecuencia y jamás se convirtió en un "plumario a sueldo", aún cuando su obra "Palomita Blanca" fue llevada al cine, por los zurdos.

    Lo veía en "Cuanto Vale el Show" pues lo tenían como el "amargado" que no valoraba nada. Sobre el Premio Nacional de Literatura, al igual que el Fondart, son todos "cajitas pagadoras" del zurderío y en ese mundo, Lafourcade jamás encajó.

    Descansa en paz.

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  8. Una gran pérdida para el país, lamentablemente muerto en vida hace decadas.
    Fuí a ver la película Palomita Blanca, un bodrio insufrible, como destruyeron la novela.

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