CHILENOS EN DELAWERE.

Don Hermógenes nos cuenta que su mujer pretende irse del país. No es la única persona que lo piensa. Aquí, a la patrona no le disgustaría la idea. Una familia del colegio del cabro chico se va a USA en enero. Yo por el momento me resisto a la idea, aunque vitriniando di con la costa sur de Delaware y me gustó. Está casi decidido, de allá seremos si todo sale mal.

A propósito de esto me pregunto qué sucedería en un paisucho como Barbarilandia si solo el 5% del país, quienes lo mueven, se van al extranjero, y la horda sale a las calles solicitando solución a sus problemas alimenticios y de entretención (para todo lo demás existe papá Estado). Pues sucedería que todo se vendría abajo irremediablemente.

El gobierno de turno, ante la imposibilidad de crear riqueza y amenazado por la crápula incendiaria, comenzaría con el saqueo de los fondos de pensiones, continuaría con los particulares y concluiría mendigando en el Fondo Monetario Internacional. Al mismo tiempo triplicaría el número de burócratas bien pagados. Sería la ruina total.

Al no contar con petróleo, no les doy más de dos o tres años antes de anunciar que queda harina para tres días en versión 2.0. Estas cosas suceden cada vez que la crápula delictiva y sinvergüenza supone que puede tomar el país por asalto y con ello a toda la clientela fiel. Pues ya no es así, la clientela no es fiel, el dinero se mueve con un “click”, lo que queda aquí pierde valor y los nuevos administradores del patrimonio saqueado lo saquean nuevamente, esta vez para quedárselo ellos.

Tal vez terminemos comiéndonos unas humitas con tomate en Delawere con don Hermógenes y familia, con un buen blanco chileno, si es que a esas alturas no están todas las viñas secas por falta de agua y trabajo, ya que la mano de obra nacional estará toda dedicada a timbrar papeles y robar al que quede disponible.