¡COMENZÓ!

Ya conocemos a los nueve candidatos a la primera magistratura de este lupanar con vista al mar ¡Protesto! No será una elección con perspectiva de género, solo la Yasna patitas cortas representará al mundo femenino (el mejor, sin duda, y el más sufrido), salvo que alguno de los ocho próceres restantes se declare mujer en un arrebato de igualdad sin límites.  Sería entretenido. Y como si esto fuera poco, la transversal y solidaria Lista del Pueblo dejó fuera de carrera a su candidato homosexual, la única brizna de frescura entre tanto heteropatriarcado opresor. No es justo para este facho insoportable que se queda sin material para dos o tres entradas del Blog. No importa, los nueve de la fama tienen sus cosiacas. Aún hay patria, ciudadanos bloggeros.

Le tenemos de todo hermanos míos, llegar y llevar. Hay candidatos para la dama y el varón; para conservadores y liberales; para verdaderos de todo tipo, hasta verdaderos criminales que siguen a Artés. Vividores; sinvergüenza; una chokita; niñitos sufridos de vida tremebunda; defensores de la Biblia; defensores de la nada. Lo que no defienden lo atacan. Lo que no atacan será porque no existe. Extrañaremos a dos de la casa, “lord” Joselyn Holt y el flaite de Navarro.

 

Desde hoy comienza la disección generalizada de la población nacional. La separación por grupos (política identitaria le dicen ahora, a la mayor manifestación de maldad, odiosidad, sectarismo y totalitarismo que ha visto la humanidad). Los candidatos dirigirán su batería de propuestas, promesas, ayudas y cambios profundos a grupúsculos minoritarios que puedan comprar a cambio de lo que sea. Cada uno con su derecho, su problema único, su sueño incumplido, su contradicción vital, su miedo, su necesidad insatisfecha, su obsesión de ser observado (visibilizado le dicen ahora), sus ansias de poder insatisfechas (empoderamiento le dicen ahora), el sagrado derecho al pataleo y el chillido destemplado (manifestación popular le dicen ahora); y por supuesto, su derecho a que le hagan caso en todo, tal como a un cabro chico mimado (o puede sentirse violentado, como le dicen ahora).

 

Gracias por el material cabros. Aquí en el Blog nos vemos.