¡LEVANTE LA MANO EL QUE QUIERE PLATA!

Habrá plebiscitos dirimentes (significado: que sirve para resolver una controversia o empate). Los representantes del pueblo consultarán a sus mandantes sobre los artículos de la nueva constitución, o, en otras palabras, sobre la decoración del árbol navideño y el contenido de la cartita a las viejitas y los viejitos pascueros constituyentes.

 

Esta es una muestra de la trampa chilena en todo su esplendor, a la vista de todos y al descampado. Es decir, se respetan los 2/3 pero no se acatan. Un democratacristiano dirá que, si bien es cierto, no es menos cierto; un socialista dirá que no debemos temer a la voz del pueblo; y los derechistas no dirán nada porque están en franca minoría, aunque de convenirles seguramente nos recordarían algo sobre las libertades individuales, y eso de construir desde abajo hacia arriba y no al contrario. En fin…, De que es trampa, lo es; como todo, como siempre.

 

El sabio pueblo, sediento de bonos, choreos, saqueos, ifes, 10% y todo tipo de regalías, reflexionará sobre las consecuencias de la redacción de un artículo constitucional que no ha leído o que simplemente no entiende. El populacho bárbaro, que no es capaz de resolver sus problemas domésticos diarios; no entiende el funcionamiento de una AFP aunque si el de su celular; se informa en matinales y noticieros y, no es capaz de contenerse frente a una vitrina de Falabella, guiará al país por el camino de la ley, la paz, la prosperidad, la ética y la moral. Todo muy democrático. Seremos un caso de estudio en todo el mundo civilizado, aunque no por las razones que los entusiastas soñadores creen.

 

Las consultas serán sobre impuestos, a personas que suponen que no los pagan, es más, creen que los pagan “los otros”. Le preguntarán sobre impuestos a los bienes raíces a quien no tiene vivienda; sobre impuestos a las herencias y donaciones a quien solo tiene deudas en Ripley; sobre impuestos a las empresas a quien no tiene empresa; sobre impuestos a los ricos a quien es pobre.

 

Preguntarán sobre estatizar los fondos de pensiones a quienes ya retiraron todo su dinero. Y sobre todo, preguntarán sobre derechos y gratuidades a quienes suponen no pagarán la cuanta. El resultado de las consultas es previsible. Se escuchará la voz del pueblo interesado en el reparto del botín, y eso nunca ha llevado a nada bueno.

 

En resumen, le preguntarán a quien no es capaz de decidir racionalmente sobre su propia vida, sobre cómo deben vivir los demas. Están claritos.

 

Y todo esto, por supuesto, con preguntas truculentamente redactadas por los sabios constituyentes, de tal manera de asegurar la respuesta que están buscando. Todo muy tramposamente y ridículamente democrático.