REPRESENTACIONES LÚDICAS

Cuando Sergio nos contó sobre el auto policial LGTBI +…, supuse que alguien le había contado porque alguien más le contó al que le contó a él, y toda la información era producto de un ingenioso meme. No, no fue así, el auto de carabineros auto percibido existe, y el sub normal que ideó el genial plan maestro también existe.

 

A riesgo de que la horda patriota se ensañe con las palabras de este fiel servidor, debo decir que… - ¿Qué podría decir? - Pues no se me ocurre nada, esta vez el genial autor del auto marica fue mas allá de toda la lógica y la ilógica nacional.

 

Entiendo que los jefes de la institución son sumisos a la autoridad de turno, no pueden alegar demasiado sin que al día siguiente aparezcan sus choreos en la prensa, y que las pensiones luego de treinta años de arrancar de los malos, esconderse dentro de basureros y dejarse matar para no ser procesados, es suculento, pero de ahí a dejarse matar (y que la pensión la disfruten Dulcinea con el patas negras, y los cabros chicos comienzan llamar papá al “tío” de turno) o pintarrajear el vehículo de manera tan grotesca y vergonzosa, hay mucho trecho. Digo yo no más…

 

Cabría recordarles a los señores carabineros, que en Barbarilandia también celebramos el día de la patria, y que no sería mala idea adornar los radiopatrullas con guirnaldas multicolores; disfrazar a los pacos de huasos y las paquitas de chinas, y cada vez que cambie un semáforo de rojo a verde o viceversa, el funcionario del tránsito amenice a los automovilistas con un sonoro ¡vueeellltaaaa! bien taconeado, como en un zapateado pie de cueca.

 

También le tenemos a la dama y el varón el día de la raza. No nos vendría mal que el jolgorio policiaco nos entretenga con policías disfrazados de quechuas, negros, mapuches y alguno de español, italiano, alemán o palestino; luego los mete a todos en una juguera, le da unas cuantas vueltas y saca de ahí un chileno.

 

El día de los abuelitos sacamos a la calle a todos los pacos con bastón y barba blanca tipo Santa Claus. En navidad todos los pacos dejan el auto verde en la casa, partean a los comerciantes establecidos en trineo y llevan el cocaví en el saco de los regalos.

 

No olvidemos la Semana Santa y algunos pacos crucificados resucitando al tercer día, mientras las paquitas las ofician de María & María llorando a mares. Todo muy didáctico y representativo. El problema sería representar el nacimiento de Nuestro Señor, en ese caso tal vez sería pertinente efectuar una rifa en que los dos ganadores se disfracen de vaca y de burro.

 

Y no olvidar el día del mar, con paquitas en tanga y pacos con flotador de Pato Donald. Y el día del niño, con pacos disfrazados de Quico y el Chavo del Ocho, y una paquita de Chilindrina. ¿Y qué hacemos con el día de la mamá? ¿Y el día de las mascotas? ¿Y el día de la feminazi? ¿Y el día del joven combatiente? ¿Y el día del amor? ¿Y el día del completo, quien se disfraza de vienesa para colocarlo dentro de un pan gigante que exhibiremos en la Alameda esquina Paseo Ahumada, mientras la gente a su paso le echa mayonesa y kétchup, sacan el celular y lo suben a Facebook? Y suma y sigue… los autopatrullas adornados casi todo el año, y el respetable público entretenido para la ocasión mientras los malos siguen su faena diaria.

 

¡Ah, se me olvidaba!, recuerden señores de la ley que en Barbarilandia celebramos periódicamente el día del pico. Ahí los quiero ver como se las ingenian para hacer la representación y quien se ofrece de voluntario.

 

Digo yo, porque si en Chile somos todos iguales ante la ley (no se rían los maricones) todos tenemos derecho a celebrar nuestro día amparados por la ley y amenizados convenientemente. Después de treinta pesos y treinta años, es lo mínimo que merecemos.