TOUR CRIMINAL

La prensa se solaza con los diarios acontecimientos criminales. Ya saben que en esta feria le tenemos de todo a la dama y el varón. Le tenemos al ya famosillo Ovimarlixion; le tenemos el programa “Calles sin Violencia”; no olvidemos al profesor del torniquete y su cara de ahuevonado; en el día de ayer nos hemos enterado de una balacera en Calama, que ha sido bautizada como “Tour Criminal”, la que ha concluido con dos muertos, cinco heridos y un paro de colegios en la ciudad, tal vez la única buena noticia del día.

 

Pronto tendremos noticias de nuevos acontecimientos, con nuevos bautizos de páginas rojas periodísticas, nuevas promesas de políticos y el siempre útil “habrá un antes y un después” de los hechos que conmueven al respetable público. Entiendo que una vez más veremos a carabineros e inspectores municipales instalados en los paseos Estado, Huérfanos y Ahumada, paseando y vitrineando los puestos de comercio ilegal mientras hacen como que nos defienden ¡Sonriiaaa! ¡Mire el pajarito! ¡Click, click, click, click! Todo cuenta en estos infaustos días de desesperanza general.

 

Propongo algunos “tips”: “El Chacal del Escapulario”, asesino incognito que puede ser relacionado con el Opus Dei, así dejan de lado un poco a los compañeros jesuitas que, además de violar, traficar personas y fomentar el odio nacional, no es demasiado el mal que han hecho los pobres, dicen…

 

No estaría mal “Los psicópatas de del Caribe”, emulando a la ya legendaria saga de Disney, esta vez reemplazando a piratas por flaites venezolanos ¿Les parece bien “El Tuerto de Peñalolén”?,  un negro de dos metros, de quien se dice fue sicario de Pablo Escobar, y que perdió uno de sus ojos producto de un encontrón con uno de los hipopótamos de la Hacienda Nápoles. Tal vez sea material para una serie de televisión. No será necesario comentar sobre la nacionalidad de “El Flaco Brayatan”, experto en robos de celulares y trafico de drogas, oriundo de alguna población con nombre de poeta nacional.

 

El acostumbramiento y la banalización del crimen, puede ser un pequeño respiro para unos gobernantes más acostumbrados a comprender, proteger y a veces fomentar el odio y la maldad, que ha regentar el lupanar que han ayudado a crear con esmero. Medidas destinadas a nada, adornadas con discursos destinados a desviar la atención del personal, acompañados con nuevos presupuestos destinados a ser malgastados y robados, mantendrán vivas una pequeña esperanza y una tensa calma, al menos hasta el próximo septiembre, fecha insigne en que pretenden recordar una vez mas el origen de sus penurias y de sus beneficios económicos, el “11”, esta vez muy probablemente acompañado no solo por vomitivas series de televisión, procesiones al cementerios y anuncios de los enésimos beneficios económicos a tataranietos de terroristas reconvertidos en héroes nacionales, esta vez le tendremos a la dama y al varón a los supuestos asesinos de Neftalí, o al menos a la jeringa responsable de los hechos, lo que no es poca cosa.