Está la
cagada. Cada vez que ingreso a Biobío, La Tercera o Emol, aparecen nuevos
asesinatos callejeros que ya no sorprenden a nadie. Están descontrolados estos
huevones. No quiero imaginar qué sucederá en la noche de año nuevo con hordas criminales
copeteadas celebrando a tiros. Esto parece no tener límites.
Yo, que soy
un convencido de que Chile necesita una salida pacífica y ordenada que pueda
mantenerse en el tiempo, tal como fue la salida pactada del Gobierno Militar y
el continuismo “en la medida de lo posible” de don Pato (en eso me declaro aylwinista),
no puedo taparme los ojos ante la realidad ¿Podremos logarlo? ¿O será necesario
un buen dictador, compasivo con la gente decente y demoledor con la
delincuencia?
¿Un Bukele? ¿Un
Milei? El problema con estas soluciones demoledoras es que solo pueden llevarse
a cabo luego de décadas de degradación. El Salvador y Argentina lo demuestran.
Mientras el populacho bárbaro no llegue a la desesperación y la miseria
absoluta, no aprobarán una salida totalitaria de este tipo. Y claro, el problema
es que ninguno de nosotros vivirá para verlo y menos aún para contarlo a los nietos,
y eso no solo es mucho tiempo, es todo el tiempo. No nos sirve.
Entonces, ¿Qué
hacemos para arreglar esta desgracia? Tengo la certeza del camino a seguir, aunque
no veo quienes nos guiarán por él y quienes lo aceptarían ¡Es que el chileno es
tan mariconazo, oye!, que luego de ser salvado, la emprende contra sus
salvadores. Es esa mierda jesuítica tan metida en el alma nacional la que nos
traiciona, todo chileno quieres ser reconocido como bueno, hipócritamente
bueno.
¿Es tan
huevona la gallá que deben caer hasta el mismo infierno para recapacitar?
Seguramente sí.
¿Y ahora, quien podrá defendernos? Vemos lo que
hay por ahí, y salvo alguna excepción solo divisamos escoria. Escoria en la política,
escoria en la judicatura, escoria en la prensa, escoria en las fuerzas armadas,
escoria en las policías, escoria en la gran mayoría de la gran empresa. Y digámoslo,
escoria en la gran mayoría de la población.
La envidia,
el cainismo, ese impulso irresistible por el robo, la banalidad como forma de
vida, la frivolidad que pareciera cubrirlo todo. Saben que no soy
particularmente benévolo con “la raza”. Mi tesis ha sido siempre que desde Michimalonco
nada ha cambiado. Alguna vez les conté la historia de aquel cacique.
¿Será que necesitamos
una Inés Suarez? Aunque extremeña nacida en Plascencia, es mi chilena favorita,
la gran chilena de nuestra historia.
La misma gente, nadie más. Pero eso será cuando la mierda los sobrepase y falta mucho. Y de seguro no será pacifico y puede terminar en cualquier cosa. Un pacifico aterrizaje no se ve probable.
ResponderBorrarEso me temo, así funciona Barbarilandia.
BorrarUna diferencia importante entre quienes, de manera inútil, nos preocupamos de pensar en estos temas, está en lo que pensamos que va a pasar y qué querríamos que pasara. Muchas veces caemos en el error de confundir ambas e incluso nos expresamos desde la frustración y la rabia.
ResponderBorrarDon Sven Von Appen decía en 2013 que sería bueno que gane "la izquierda comunista" para que haya una crisis y "el chileno llegue a un nivel que corresponde". No tengo idea qué motivó esa frase, en la misma línea de otros personajes más o menos conocidos que también dijeron las suyas en sus respectivos momentos. Lo que sí tengo claro ahora, es que esa clase de exabruptos no son diferentes de los que llaman a no votar más por tales partidos, que como consecuencia inmediata es que gane el adversario o enemigo político al que tanto combaten (según ellos).
Se produce una retroalimentación de termocéfalos que levantan las banderas de la intransigencia, el purismo y el enfrentamiento; quiénes no miden las consecuencias de sus deseos, sea porque son incapaces intelectualmente; otros porque no lo han pensado; y otros, los más detestables, porque no les interesan.
Cuando uno observa a éstos últimos, generalmente se trata de una elite o de los aspirantes a una; partiendo por los que buscan agenciarse un puesto en el Estado. Provenientes de sectores acomodados, intelectuales, culposos, sedientos de poder y tan seguros de sí mismos, que consideran que la sociedad completa debe sacrificarse para un bien mayor (el de ellos). No es secreto que muchos de estos personajes que desean la crisis y el sacrificio de un país, se dicen nacionalistas, libertarios o patriotas: eso una contradicción en estado puro, para decirlo suave.
Si bien, a nivel personal, puede considerarse una virtud estar dispuesto a sacrificarse por un bien mayor y duradero (si todo resulta bien, cuestión que es desconocida), es bastante discutible (por decir lo menos) proponer que todo un país lo haga. Más aún, cuando el sacrificio no es compartido por todos por igual o es cualitativamente superior para la mayor parte de la sociedad: desear la crisis es condenar a millones a sufrir. Y es doblemente despreciable de quienes lo hacen desde sus pedestales y sillones de cuero.
Estos últimos años hemos sido testigos (y en muchos casos parte, aunque sea pequeña) de este delirio colectivo, en que se desea la oscuridad para que aparezcan los monstruos. Pero los monstruos aparecieron antes; los vemos a diario conspirando y destruyendo sin presentar siquiera una alternativa seria y viable. Quieren la crisis, el cambio y el sueldazo a cambio de nada; o mejor dicho, a cambio de penurias y miseria.
que la sociedad completa debe sacrificarse para un bien mayor (el de ellos), como dices, es la expresión máxima de la locura y muchas veces de la criminalidad. La historia de la civilización de miles de años no vale nada en sus cabezas, ellos son los iluminados. Conocemos de qué se trata.
BorrarLo respiro al Gobierno Militar porque tomaron el país una vez destruido, ellos no lo destruyeron. Quienes pretenden buscar esa oscuridad para colocar su propia luz, son desquiciados.
En plena penumbra
Borraraparecen los monstruos
no les vemos los rostros
con la poca luz que alumbra.
Una verdad se encumbra
en esa oscuridad
es la de pura maldad
un interés egoísta
del mero economista
que habla de libertad.
Entonces la araña teje
una enorme tela
donde caen los que vuelan
huyendo de los herejes.
Mientras el destino la deje
capturar inocentes
serán esas gentes
las que se comerá
esa es la pura verdad
y por eso miente.
Buen punto lo del Gobierno Militar. Así fue.
BorrarEse de quien es?
BorrarSon dos décimas que se me ocurrieron hace unos días.
BorrarChallenger el poeta... Están buenas.
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