DEMOCRACIA "LOW COST"

Sigamos con el palabrerío democrático. Según el desgobierno de atorrantes, en Venezuela existe un gobierno con “derivas autoritarias”. Estas solamente se agudizan, según nos advierte la Novia de Chuky. Quizá un poquito nada más, diría yo, muy cordialmente. Como podemos apreciar, estimados compañeros combatientes, en Venezuela no hay ni dictadura, ni comunismo, ni nada reprochable. Maduro es un poco brutito y llevado a sus ideas, nada más que eso.

 

Nosotros, en Barbarilandia, y no solo aquí, estamos en una deriva enloquecedora, con un 78% de la población que apoyó la redacción de una nueva constitución ideada por comunistas, y un 38% de la gente que, después de ver el degradante y desquiciado espectáculo que nos ofreció la “convención culiá”, aun continuaba apoyando la “deriva autoritaria” que nos ofrecieron el lote de psicópatas constitucionalistas.

 

El discurso de la democracia es el negocio de los políticos. Todo es democrático en la medida de que una mayoría lo apoye. El conocimiento sobre la naturaleza de las cosas ha dado paso a un enloquecido y degenerado todo vale. El populacho bárbaro vive y chapotea dichoso en un Instagram pedestre supuestamente democrático, y lo hace feliz de la vida ¡Esta es mi verdad!, espetan sin dilación las hordas envilecidas.

 

Estamos siendo burlados, abusados y robados por castas gobernantes frívolas y manipuladoras, que sólo nos dan a cambio el derecho al pataleo. A eso nos hemos acostumbrado y en eso se ha transformado nuestra libertad de expresión, nuestro ejercicio electoral y la participación ciudadana que tanto cacarean nuestros agobiadores permanentes.

 

Mientras los señores políticos y su repugnante caja de resonancia compuesta por semianalfabetos “agentes de cambio social” de la prensa seria se afanan por “fortalecer la democracia”, lo que en la práctica se traduce en acumular mas poder para inmiscuirse en nuestras vidas con el indisimulado objetivo de robarnos, nosotros, el pueblo, ejercemos sin dilaciones nuestro sagrado derecho al pataleo.

 

Esto no solo vale para Chile, Venezuela y el resto de los lupanares de este menesteroso vecindario de poca monta, tambien sucede en las “democracias occidentales” supuestamente más desarrolladas, en las dictaduras orientales, supongo, y en la quebrada del ají también.

 

Es el devenir de lo que debiera entenderse por democracia, en una fiestecilla populachera actuada por la “élite”, y, aplaudida con desenfreno a veces, y pataleada con ira otras veces, por hordas de lacayos alienadas y devastadas por vidas de Instagram, el hedonismo y la democracia “low-cost”.