EXPLICANDO LO OBVIO

Las encuestas en las que yo no creo anuncian lo inevitable, Espumita debe bajarse de su aspiración a regente máximo del lupanar, a cambio de un suculento premio senatorial, una vida plácida, el refrigerador lleno de manjares y la señora contenta, o la vieja cara de pasa pasará a segunda vuelta con, muy probablemente según mi tincómetro, la vieja chica.

 

Demás estará advertir al respetable público que, en el hipotético y remoto caso de que la segunda vuelta fuese entre la vieja cara de pasa y el bueno de JAK, la izquierda en masa apoyaría a la heredera del finadito, por lo tanto, todo derechista que apoye a Espumita en primera vuelta en desmedro de JAK, en realidad y a simple vista, estaría apoyando a la vieja cara de pasa.

 

Demás estará decir, que la izquierda oficialista postulará unida en primera vuelta, lo que le entrega al menos un 30% de los votos de los humanoides irreductibles y, por lo tanto, un paso seguro a segunda vuelta, salvo que pretendan perder deliberadamente entendiendo que no tienen opciones en segunda vuelta, y vean a la vieja cara de pasa como un mal menor capaz de detener a la “ultraderecha”, transformándose así en promotores de la derechita cobarde, pensando en un desahogo momentáneo que les permita recomponer fuerzas. Algo que no logro imaginar, aunque vale la pena considerarlo.

 

De cualquier manera, no veo muy productivo advertir a la barra brava de Espumita sobre la absurda ilusión que tienen en la eficacia del ofrecimiento de todo tipo de medidas desquiciadas, impracticables e incendiarias, como si estas despertaran en el populacho bárbaro mayoritario algún tipo de nueva visión cósmica iluminada por las palabras del profeta de la libertad, las soluciones mágicas y demás monsergas libertarias, que el candidato de los locos evacua entre amenazas, chirridos, bombos y platillos, enfervorizando así a una muchedumbre enardecida que le vitorea cada buena nueva y cada barbaridad con las que pretende pastorearlos.