OLORES OFENSIVOS.

Chile tiene eso. Escuché muchas veces aquello de “como que no quiere la cosa”, describiendo esa actitud media engañosa, media solapada. Significa hacer, decir o preguntar algo haciéndome el leso. Chile en su máxima expresión.

Chile es la tierra del “jurel tipo salmón”; de los autos “semi nuevos”. ¿Recuerdan eso de las “familias unipersonales”? Somos los del mañana a las cuatro y media, que no es ni mañana ni a esa hora, por supuesto. Todos lo sabemos. Del “te llamamos”. De la sonrisa y el palmoteo. Del “En Chile no pasan esas cosas” ¡Si no lo sabremos ya! Chile es, está claro, el país de las putas vírgenes. Y no son pocas.

Aylwin prometió dos cosas al llegar al poder: La “Democracia de los Acuerdos” (léase contubernio) y la “Economía de la Solidaridad” (léase aumento de impuestos) Todo esto digitado por la “Alianza Público Privada” (léase lobby y corrupción) Fue el precio de la “paz social” (léase los milicos a la cárcel y los rojos con platita en el bolsillo y peguitas estatales)

El ex ministro Varela nos deslumbró con aquello de las “pequeñas humillaciones”. El actual ministro Santelices asegura que los enfermos de Quintero reclaman solo por “olores ofensivos”. La lista es interminable. En Chile la gente habla dando pistas, las que uno debe descifrar…si puede.  

“Tienes que confiar en mi” Je…je…je… “Jamás te haría algo así” je…je…je… “No es lo que parece” Je…je…je… (Es aún peor) “Es solo por esta vez”. “No te pude haber dicho eso”. “Tú sabes que te amo”. “Hay cosas que tú no entiendes”. En fin. Las comidas de negocios, las horas extras, los viajes de trabajo; todo muy creíble Je…je…je… En Chile todo está bien, porque aquí no pasan esas cosas.

El Estado nos protege. Los políticos se sacrifican. Los grandes empresarios creen en la competencia. Los curas nos ofrecen el paraíso en el mas allá, y los comunistas lo mismo pero en la tierra. Pero para eso debemos seguirlos, creerles, entregarnos y confiar en su palabra ¡Otra vez lo mismo!

Todos sabemos que nada funciona como nos lo cuentan, pero no se puede cuestionar sin ser motejado de lo peor entre lo peor. Homofóbico, fascista, incrédulo, desconfiado, machista, xenófobo, racista.

Cuestionar es destacar lo malo. Negarnos a ir de huevón por la vida es no querer cooperar. Intentar hacer una proyección de los hechos presentes en base a evidencia, es ser demasiado listo para ser engañado, y eso amerita ser descalificado. Y así. Uno termina siendo siempre el malo, y el sinvergüenza manipulador la víctima del tipo que solo trata que no lo caguen.

Respiren tranquilos cabros, son solo “olores ofensivos”.