ABURRIDO.

Echo de menos algún buen escándalo. ¡Como extraño aquellos grandes tiempos del caso Caval!, las boletas ideológicamente falsas, las asesorías verbales, y el SII seleccionando contra quienes querellarse y contra quienes no. El avión del parásito vividor, el me enteré por la prensa, el turismo militar en primera clase y otras vivezas criollas de baja estofa. Si al parecer ya ni siquiera los empresarios se coluden, o quizá lo hacen en el baño público de alguna Fuente de Soda del centro en lugar de utilizar Email.

Hoy, el día a día de este lupanar con vista al mar está plano, aburrido. Con decir que las tonterías pichiruches de Lavín parecen novedad. Una pista especial por Avenida Las Condes para que circulen nanas sin delantal y su carrito de guaguas mientras las vigila un dron sería grito y plata ¿Y eso sería todo? ¿Ni siquiera una marchita truculenta con daños por doquier?; o alguna toma de colegio con bailoteo, minas borrachas y un par de dosis de la paraguaya, mientras los alumnos defecan en el escritorio del rector. Alguna cosita poca para poder escribir a gusto. Nada de nada.

No me refiero a incendios y todo tipo de delitos en la región de La Araucanía, la prensa se encarga de ocultar esas noticias. Todo sea por resguardar la paz social, las encuestas y el humor de la extrema izquierda, no sea cosa que alguien se enoje.

Piñera perdió su chispa, de decir huevadas chistosas pasó a decir solo huevadas. El deslenguado ministro de educación dio paso a la vieja cara de pasa. La ministra Plá y la Morticia no tienen gracia alguna; aparecen empaquetadas y medio ridiculitas, tratando de parecer progres a la fuerza. Sobre todo la Plá, con esa cara de enojo perpetuo.

El ministro Blumel es fooooooome el weon. Nada como los exabruptos del desvergonzado de Vidal, el tipo es tan desagradable que al menos da para detestarlo, pero el pobrecito de Blumel con suerte da para inspirar pena. El presidente encargado da la hora como weón en su indigna peguita. El indigno presidente legal le pide que llame a elecciones y el weas se niega, prefiere repartir paquetes de weás mientras habla otras weás.

Ya no está Cristina la loca; al Mono II no lo pasan por la tele para no darle importancia; ceo que al Papa jesuita le prohíben hablar; Evo anda desaparecido desde que le pegaron patada y combo en el hocico en La Haya. Se esfumaron los payasos, hacer el ridículo al parecer pasó de moda. El mundo es hoy más triste y aburrido. Y yo no tengo de que escribir.