CÁLLENSE, NO HAGAN EL RIDÍCULO.

Aquí cada uno dice lo que le da la gana porque mentir es gratis y desdecirse también. Por ejemplo, el chanta de Macri intenta convencer al mundo mundial que el desastre económico en su paisucho de mala muerte es por “incertidumbre política”, es decir, por la posibilidad de la vuelta al gobierno de Cristina la loca. Y nadie le cree.

El Ministro de Hacienda de Chile, una de las mascotas vitalicias de Sebastián, secunda la moción, aun sabiendo que no es cierto ¿Cómo sabemos que no es cierto? Muy simple, si el gobierno de Macri hubiese hecho su trabajo como corresponde, Cristina la loca estaría en la cárcel, la economía en alza y él con su reelección prácticamente asegurada.  

Rafael Caviedes, el presidente de la Asociación de Isapres, se mandó la frase del año, ese tipo de frases que ni siquiera quienes sufrimos de incontinencia verbal, como yo, espetaríamos. “No puede el sistema de Isapres dar el lujo de incorporar gente que viene enferma”. No lo sé, tal vez lo sacaron de contexto, sin embargo al fulano le pagan para defender el sistema, no para hundirlo.

Ahora bien, el postulado es cierto, las Isapres son compañías de seguros orientas a la salud, por lo tanto, como toda compañía de seguros, no admiten preexistencias, o las admiten a un mayor costo. Pues bien, esto es lo que deben explicar claramente las empresas, que las preexistencias se deben pagar en forma adicional a las coberturas habituales, probablemente a través de un nuevo seguro, o con dinero de los contribuyentes. Y entender que si el sistema no sirve, muchos pedirán su fin a cambio de la miseria estatal que con seguridad será peor aún. En fin, los enemigos del pueblo aprovecharán este desgraciado comentario para continuar el proceso de demolición de “la obra del dictador”.

Para concluir este paseo por la hipocresía que nos envuelve, no podemos dejar de citar la “piñericosa” del momento. Sebastián confesó que “Cada uno tiene el sistema político que quiera”, defendiendo la dictadura comunista china. Pues bien, nosotros tuvimos el sistema político que quisimos durante aquellos gloriosos 17 años, y los venezolanos también el suyo durante estas últimas dos décadas, aunque al ex gente del Banco de Talca parece no gustarle ninguno de los dos. Al parecer prefiere los 50 o más millones de muertos de la revolución comunista china. Pues bien, cada uno con lo suyo. Aunque a Sebastián solo le importa lo que le conviene a él, los principios se los pasa por la raja.

Pinochet, el estadista, estaría de acuerdo con Sebastián, el payaso temeroso. Chile siempre tuvo excelentes relaciones políticas y comerciales con China, sin necesidad de adularse mutuamente, debido a que ellos nunca intervinieron para desestabilizar el país, como sí lo hicieron no solo la ex URSS y Cuba, también varios países occidentales.

Es mejor decir las cosas como son, explicarlas bien, que el populacho bárbaro las entienda si puede, o el costo de la irresponsabilidad, la cobardía y la hipocresía suele ser monumental.