EL GOBIERNO DE LOS RIDÍCULOS.

Piñera no es capaz de gobernar decentemente, ni de mantener a raya a los comunistas que le manejan la agenda. Ni de satisfacer a sus electores. Ni de traer “tiempos mejores”. Ya no tiene milicos que encarcelar, ni huesos que desenterrar. Su amigote Polvete cayó en desgracia, y su tío va por el mismo camino. No pudo colocar a su hermano DC en la embajada argentina, ni podrá llevar nuevamente a sus hijos en viajes de negocios camuflados. Y la tacañería supina con que pretendió evitar el pago de contribuciones de su mediagua lagunera fue ordinaria. A Piñera no le queda nada, nadie lo respeta, ni hay motivo para hacerlo. Ya ni se ríen de él. Unos lo ignoran y caso todos lo desprecian.

Su participación en el reparto de tallarines en Cúcuta, amenizado con cumbias y reguetón, fue un bochorno. Ahí sigue Maduro, y ahí quedó su ridículo presidente encargado. Un fiasco. Piñera y sus secuaces políticamente correctos intentaron un golpe de estado sin muertos, ni heridos, ni armas y sin nombrar la acción por su verdadero nombre ¡Un golpe! Fue una especie de derrocamiento hipócrita-democrático. Un tongo.

Ahora pretende ser el bombero del Amazonas, se ofreció de tesorero de Bolsonaro, adulador de Macron, entretenedor de la fiesta del G7, y nadie sabe qué hacía invitado donde los ricos y famosos, siendo el pobre regente de un país en estado de semi barbarie.

Y negocia una supuesta modificación a la reforma tributaria de la iñora, con una DC que asegura tener el sartén por el mango (y efectivamente lo tiene), cuyo resultado será un seguro aumento de impuestos. El argumento triunfal del gobierno consiste en que la extrema izquierda pretendía un aumento impositivo aún mayor. Consuélense, fue la pura puntita nomas.

Al comando jungla se lo tuvo que enchufar por el poto. El comando techumbre va por el mismo camino, solo basta con que un encapuchado se vaya “guarda abajo” y se parta el mate, para armar un escándalo y así decretar un nuevo mártir en la lucha contra el fascismo. Aula segura es un jolgorio nacional. Delincuentes armados con bombas amenazan a alumnos, profesores y apoderados una y otra vez.

Los grupos de choque comunistas están de vacaciones. En jauja. Los estudiantes que no estudian se entretienen acusando profesores, colgando pancartas, elevando petitorios y tomando cerveza, no consideran necesario tapizar al gobierno con tomas de universidades, barricadas, demolición de semáforos y demás actos reivindicativos. El gobierno se marca solo, no es necesario ni siquiera empujarlos para que se vayan de hocico.

El broche de oro fue intentar contrarrestar el ofrecimiento comunista de 40 horas semanales y horario fijo (ahora sabemos que serán solo 35 horas, ya que el horario de colación estará incluido dentro de las 40 horas), con una suculento ofertón de 41 horas semanales sin horario fijo, con olor a 24/7. Je…je…je… Los weas fueron a Harvard y ni siquiera saben sumar.