LARGA VIDA A CRISTINA.

En Argentina todo vuelve a la normalidad. El fracaso del amarillo Macri se entiende por dos razones: No metió a la cárcel a Cristina la loca y, no quiso hacer su trabajo, pensando en la reelección y las encuestas. No se atrevió. Receta conocida y resultado previsible. Son las recetas de los supuestos derechistas que administran legados ajenos. El trio Rajoy, Piñera y Macri pertenecen a este nefasto club. Los tres le entregaron su gobierno a un socialista extremo.

Javier Milei acusa a Macri de “gradualismo”, es decir, de una semi reforma en cámara lenta y por encima. En Chile, el glorioso Gobierno Militar y los gloriosos Chicago Boy, aconsejados por el maestro Milton Friedman, aplicaron lo que se denominó “política de shock”. Las medidas correctas sin anestesia y de una vez, una señal inequívoca para el mercado, un par de años de ajuste y de ahí la recuperación y un crecimiento sano y sostenido. Eran otros tiempos y otras circunstancias. Hoy, si nos ponemos a debatir que hacer, sacamos muchas cuentas, preguntamos al populacho bárbaro y caemos en el asambleísmo, no hacemos nada.

Es bueno para Chile que nuestro vecino potencialmente poderoso, con pretensiones expansionistas, carácter veleidoso y, dirigentes corruptos y de mal vivir, se mantenga en la irrelevancia económica. Nunca hemos estado más tranquilos que desde el año 82 y la refriega de Reino Unido a estos machucaos, con el posterior declive de su poder militar y económico.

Además, un nuevo gobierno de la Señora K y su monigote bigotudo nos servirá como un buen ejemplo de lo que nos puede pasar de persistir en aventuras, tal como hoy sucede con Venezuela y el Mono II. Recordemos siempre que el populacho bárbaro chileno es de memoria corta y ambición descontrolada. Y es numerosa la gentuza oportunista, hipócrita y cobarde.

Mientras tengamos desastres a nuestro alrededor, podemos respirar un poco más tranquilos. Una vez más, las circunstancias nos pueden salvar de nosotros mismos ¡¡Que viva Cristina y su mascota!!