LO HECHO, HECHO ESTÁ.

Escribo estas líneas a pocas horas de conmemorar los 46 extraordinarios años de le gesta más importante de nuestra historia. Pido prestada la frase, hace 46 años comenzamos a extirpar el cáncer marxista. Una suave dosis de poder cayó sobre la banda criminal que, inspirada en la URSS, Cuba y demás paraísos terrenales, nos auguraba un futuro de muerte, saqueos y esclavitud. Los marxistas conocieron lo que don Diego Portales bautizó como “el peso de la noche”.

Luego llegó el turno de demócratas cristianos y empresarios coludidos con el estado ¡Todos los sinvergüenzas para afuera! Enrique Ortúzar, Jaime Guzmán, los Chicago, entre tantos otros, y mucha gente decente y desconocida, trabajó para terminar con el estado que todo lo controlaba, y nuevos y diversos empresarios tomaron el lugar de la antigua “Alianza Público Privada” protegida, dedicada a la sustitución de importaciones que empobreció a Chile y llevó a sus habitantes a la miseria.

Fue un camino arduo, peligroso, con intereses bastardos intentando desbarrancar la revolución capitalista libertaria. Terroristas nacionales complotando e intereses peruanos y argentinos prestos a invadirnos. Tuvimos una suerte casi incomprensible. Los mejores se unieron en un proyecto único que solo nuestra propia mala cepa nacional puede destruir.

Chile progresó a pesar de nuestras propias miserias, las mismas que hoy vuelven a proliferar como la mala hierba. Los seguidores de la ideología criminal sigue ahí, esperando su oportunidad, aunque tiene un problema muy grande, hoy la gente tiene mucho que perder. Necesitamos gente de bien que se los recuerde día a día.