CORTANDO EL QUEQUE.

¿Quieren un ejemplo de por qué Chile es un país rasca? Según el rojo juez Muñoz, la Corte Suprema puede  revisar las sentencias del Tribunal Constitucional, así, como si nada. El TC, por supuesto, lo niega. Acto seguido, el presidente de la Cámara de Diputados sostiene que para resolver este problema (un problema inexistente), se debe redactar una nueva constitución. Así de simple todo.

Es decir, en Chile puede pasar cualquier cosa. El día de mañana cualquiera con el suficiente poder puede interpretar lo que le da la gana de la manera que le dé la gana, y ya tenemos una nueva realidad. A eso se le llama incerteza jurídica, y es la principal característica de un gobierno totalitario.

Esto no es nuevo. En Chile vamos de interpretación a interpretación. Secuestros permanentes, el haber estado ahí, eso de que no pudo más que haber sabido. Que el MIR es una empresa. Según el SII, los sobresueldos, nombre artístico de los robos durante el gobierno de Lagos, no eran tributables. Falsos exonerados validados por parlamentarios. Querellas diferenciadas del SII en el caso boletas falsas, dependiendo de quienes eran los acusados. Informas Rettig y Valech, donde alguien que declara por sí y ante sí haber sido torturado, cobra indemnización. Todo muy ad hoc. Y esto es solo una muestra.

La Alianza Público Privada, la calle y funcionarios públicos colocados por razones políticos están por sobre la ley. El parlamento pretende deshacerse del TC para poder legislar abiertamente fuera de la constitución. Y todos tienen miedo, por lo tanto nadie hace nada.