LAVÍN EL JARDINERO.

Andrés nos advierte sobre la recolección de pasto del Joaco ¡Todos somos la vaca Margarita! Me imagino que no lo recolectaron en bolsas plásticas, lo habrán puesto en alguna reciclable, impresa con hojitas verdes, un cielo celeste, dos o tres nubes, un sol y una carita feliz. Lamentablemente no es posible ir a Colina en yate, como la Greta. Obligados a llevar el pasto en un camión petrolero nomás.

Parafernálicas medidas mitigadoras han existido siempre. Todas ellas a propósito de la desidia y las malas decisiones acumuladas. No hay plata para embalses ni para recuperar suelos degradados, ya que debemos subsidiar a jóvenes estudiantes que serán futuros ingenieros, médicos y abogados lucradores. Entonces ahora no hay nada que hacer con la sequía. Jesuitas y políticos zurdos traen haitianos a granel, se forman nuevos campamentos y repletan poblaciones. Ahora nos dirán que falta plata para construir y regalar casas. El zurderío pide más estado, más impuestos y más burócratas. Luego crecemos menos, no se crea empleo y la culpa es del capitalismo. Esto lo resuelven con más impuestos y más subsidios. Miren ustedes.

Todo esto lo aprenden en los colegios católicos, que fomentan la cueca recolectando paquetes de tallarines, cajas de leche y kilos de azúcar para los pobres, en lugar de formar alumnos que entiendan de economía y sentido común, que podrían ser adultos productivos que ayuden a crear riqueza y terminar con la pobreza. En lugar de eso, forman puros cabros con sentimiento de culpa, miedo a la vida, con pensamiento único, y reclamadores compulsivos. Es el mundo al revés.

Estos cabros salen al mundo pretendiendo arreglarlo mediante más paquetes de tallarines, más pasto en bolsas ecológicas y más estado ¿Sufren junto al pobre? No entienden nada. Cómo van a entender, si padres, apoderados, profesores, rectores y curas rojos se unieron para no dejarlos entender nada. No los educaron, los ideologizaron política y religiosamente. Sigan recogiendo pasto y rezando para que llueva, tal vez Dios los escuche algún día. Mientras tanto, compadézcanse de los pobres, así se sentirán mejor.