¡¡RECHAZO!!

Espero que gane la opción “rechazo” en abril. Yo votaré “rechazo”, por supuesto, aunque lo más probable será que ganen quienes rechazan la constitución que nunca han leído ni saben para que sirve. Los pobrecitos suponen que en abril comenzaremos a abrir las grandes alamedas que nos llevaran al paraíso terrenal de lo público, gratuito, de calidad y sin fines de lucro ajeno (solo ajeno, claro).

Además, me encantaría ver el caracho de los iluminados escribidores de papers, expertos en distintas materias y sabedores de los deseos de las masas vociferantes. Me encantaría escuchar a los demócratas que aducirán las más rocambolescas razones para no respetar el triunfo del “rechazo” y los más variados motivos para repetir la elección, tal como sucedió en Colombia, Europa y Reino Unido, por ejemplo ¿Y la voz del pueblo, ah? No la escucharán.

Me encantaría observar por televisión a la horda destruyendo todo a su paso, saqueando, incendiando, amenazando, cogoteando; y a los periodistas buscando razones para justificar los delitos pacíficos producto de la mala decisión electoral de los fascistas. Tal vez sea necesaria esta nueva desgracia para lograr que vean la luz los pobrecitos que aún no creen en el marxismo ni en la prensa prostituida.

Quiero ver a Chile arder mientras políticos rojos y periodistas rojos lo justifican. Algunos nos intentarán convencer que si bien es cierto, no es menos cierto. Otros diferenciarán entre el incendio de un supermercado y el almacén de don Lucho. Sería la verdadera fiesta de la democracia. Nuestra merecida prueba de fuego para lograr una verdadera credencial democrática ¿Quién dijo que la vida siempre es justa?

Y por supuesto, que ni Carabineros, ni la PDI, ni las FF.AA salgan a las calles hasta que el respetable público los exija como al artista de moda en el Festival de Viña. ¡Otra!, ¡otra!, ¡otra!, ¡otra!

Sí, sería bueno, trágico pero necesario, para terminar con esta mierda de una buena vez por todas. Hace falta tocar fondo para volver a renacer. Solo así se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, y los estúpidos se enteren que está pasando en realidad, cuando la basura que nos miente a diario se saque la careta democrática.