MURIÓ PORQUE SÍ.

La prensa roja, valga la redundancia, anda indignada, valga otra vez la redundancia. Lloran a los muertos de los últimos días, sin describir las razones. Al parecer la idea que fomenta esta gente es poder hacer lo que se quiera sin costo alguno. Cualquier día detonan una bomba en medio de una multitud y culpan a Carabineros por pegarle un palo en el hocico al terrorista. Y no solo la prensa, casi todo Chile se ha sumado a la locura colectiva, las condenas generalizadas y las pedidas de perdones eternos.

Según nos informa El Mercurio, el diario de Cristiancito, el con Síndrome de Estocolmo, los cinco muertos de los últimos tres días por los que la prensa y el respetable público en general ha estrilado tanto, murieron en las siguientes circunstancias: Uno murió en las afueras del estadio de los indios, atropellado por un camión de carabineros que arrancaba de un apedreo masivo. El segundo murió de un tiro en el mate, en medio de un asalto armado a una subcomisaria de Carabineros en Padre Hurtado. El tercero fue hallado calcinado dentro de un  establecimiento comercial que había sido saqueado.

El cuarto finado pasó a mejor vida luego que un joven idealistas se robó una micro, hizo bajar al conductor y los pasajeros (gracias a Diosito), y luego atropelló al joven combatiente. De película. Y el quinto muerto fue apuñalado durante el saqueo a una farmacia ubicada en Santa Isabel con Portugal.

Vamos a ver ¿En serio reclaman? Porque a mí me huele a daños previsibles dentro de la barbarie nacional de los últimos meses. Es más, no entiendo como no ha muerto más gente en medio de este caos total. Tal no ha muerto más gente gracias a Carabineros, que algo de orden ponen. Pero para los buenistas y los indignados la culpa es de la policía, el capitalismo, el gobierno y tal vez la constitución.

Todo vale con tal de estar con la corriente dominante. Incluso hacer el ridículo.