ÉXTASIS.

¿Quieren saber en qué términos se redactará la nueva constitución, esa que nos llevará al paraíso terrenal? Será como anoche pero multiplicado por, ¿cuánto podría ser? ¿Diez veces? ¿Mas? Anoche legisló el pueblo en llamas, o al menos quienes dicen representar el sentir popular, el pueblo solo se escondió en sus casas y apaleó ollas. Otros que escondieron la cabeza fueron un grupo de parlamentarios que acató la voluntad de la calle. Pensaron en su suculento sueldo reguleque, los privilegios asociados a su cargo y, le sumaron el miedo que tienen. Ahí está el resultado. Ganó el pueblo. Je…

Ya saben que se dice ahora, lo de siempre. Habrá un antes y un después; este es el principio del fin; aquí ganó la clase media; los abnegados servidores públicos pensaron en quienes más lo necesitan; Chile cambió; se abre una ventaba que nadie podrá cerrar; no más abusos; las AFP dejarán de robar; los ricos ya no serán más ricos y los pobres ya no serán mas pobres. Listo. Es todo cuanto pude recordar del baúl de las frases políticas habituales.

Puños en alto. Manos a la altura del corazón. Vítores. Abrazos. Llantos. Odas a quienes más lo necesitan y a la clase media. La Jiles volando por el hemiciclo con una capa escarlata. Gritos destemplados. Fotos, fotos y más fotos. Los señores políticos escucharon los gritos de la calle, hoy todo es felicidad. Yo reposaba el arroz con huevo frito del almuerzo y, de repente escucho gritos y aplausos de algunos vecinos. No es broma lo que voy a escribir: Uno gritó con pasión: ¡gracias señores diputados! Y no, no fue una pesadilla, hoy tomé solo agua mineral y estaba despierto.

Sacar un 10% de los escuálidos fondos de pensiones por una sola vez –por el momento-, es poca cosa comparado con derechos sociales a granel ¿Se imaginan la guerra civil que tendremos por el derecho a la vivienda, la salud, la educación o el dinero del vecino? Gran parte de la población de Barbarilandia mataría, o más bien mandaría a matar, por obtener el sueño del pibe.

¿Elegir algo peor ante la posibilidad de elegir algo mejor? Claro, el análisis racional es fascista. 

¿Saben cuál es el sueño del pibe? Un trabajo estable –léase inamovible-, más derechos sociales, ayudas y bonos, para financiar todas aquellas cosas molestas que le impiden a la sufrida clase media y a quienes más lo necesitan, entregarse al consumo desenfrenado con la totalidad de sus ingresos. Ese es el sueño de la calle y de quienes aplauden desde el balcón, un estado que solucione todo con el dinero ajeno y una vida loca de consumo y exitismo sin pensar en el molesto mañana.

Ese es el paraíso terrenal, ¿o no? Claro que sí, lean nuevamente el Génesis, ahí está todo. La serpiente le dice a la mujer: Seréis inmortales, serán como dioses… La gente lo sabía hace cinco mil años, en Barbarilandia aún no nos enteramos.