CAMIONEROS MALOS.

La oposición, es decir, quienes gobiernan, le piden al gobierno, es decir, a quienes los gobernantes tienen encargados del boliche, que apliquen la ley interior del estado a los camioneros. Los empleados de la izquierda ya ponen cara de enojados cada vez que se encienden las cámaras, aunque todo de manera muy educada, comedida, suavecita (tres adjetivos), ya que estudiaron en colegios sin número y solo se juntan con la chusma durante las campañas políticas y en el turismo social del “techo”.

Ambos grupos (quienes mandan y quienes obedecen) ayudados por los compañeros de la prensa seria, ya comenzaron la puesta en escena que degradará a los camioneros. Apareció un vídeo en el que un grupo de alegres tomadores de caminos fiestea con dos bataclanas de poca monta, carnes sueltas y calzones, en plena toma de la carretera. Uno de los paniaguados de Sebastián anuncia querellas criminales por no mantener el distanciamiento social, supongo que entre el camionero y la bataclana que se le colgó del cogote mientras lo refregaba encarnizadamente.

Los matinales y noticieros entrevistan al viejo chico de La Vega y sus amigotes del vecindario, quienes machacan ante las cámaras las alzas de precio de papas, lechugas y porotos tórtola. Todos preocupados por “los problemas reales de la gente”, como diría el socialdemócrata.

Otros noteros estrella con problemas para emitir frases de corrido, revelan falta de medicamentos, los que al parecer se fabrican en Osorno, Temuco y comunidades aledañas. Qué raro. Los empleados de Sebastián -el encargado de palacio- se indignan. Esto no puede pasar en Chile. Todo el mundo anda preocupado por “quienes más lo necesitan”. Los camioneros ya son enemigos públicos. Yo creo que deben ser fascistas pobres.

Sí, apoyo la moción de la oposición, los encargados de palacio y la prensa seria. Los camioneros deben sentir las terribles fauces de la ley. En Chile se respeta la constitución, las leyes y las buenas maneras. Las instituciones funcionan. El helicóptero carabineros algún día divisará a los malos. La fiscalía hará su trabajo. El no-terrorismo no existe. Los incendios no son de verdad. Sebastián no acepta presiones -la dignidad ante todo-. El dialogo jamás debe perderse. Las dos bataclanas son de muy mal gusto. Las leyes que exigen los camioneros no serán aprobadas y de serlo no serán aplicadas. Y el miedo de los encargados del boliche es terrible. Por eso deben buscar un malo, y ya lo encontraron ¡los camioneros! Todo sea por mantener la paz social, aunque sea en calle Moneda, entre Morandé y Teatinos. Algo es algo.