LA FARSA DE OCTUBRE.

Mientras los contagios aumentan, y la gallá se prepara para fondearse el 18 con la venia del recitador de poemas y su corte de paniaguados, los señores políticos siguen emperrados con la fiesta de la democracia de octubre próximo, a como dé lugar. Que los huevones voten, después el diluvio.

 

Aunque mucha gente no pudo trabajar durante meses, en octubre podrán votar. Miren ustedes.  El gobierno mantiene a los mayores de 75 años con arresto domiciliario total, pero en octubre saldrán, cueste lo que les cueste, incluso su vida. Para que vean nomas. ¿Qué más da que alguien muera, si ya cumplió con su deber ciudadano? Es una nueva versión del concepto de patria; unos mueren por ella, mientras que los que la administran salen en la foto ¡El mundo es de los dos vivos! De los que viven y de los que se avivan. De los vividores y de los vivarachos.

 

Los compañeros de la prensa dan por ganador al “apruebo”, los señores políticos también. Quien promueva el “rechazo” se transformará en escoria social. Todos se suman a la causa, incluidos empresarios que pretende ser atendidos con delicadeza durante un eventual futuro chavista o kichnerista a la chilena. Antes era con empanadas y vino tinto, hoy será más aspiracional, tipo hípster de Plaza Ñuñoa, tal vez con un Sirah de Casablanca y un croissant con salmón ahumado, rúcula y semillas de sésamo ¡Chile cambió!, hoy todo el mundo pasa por la universidad y compra en Amazon. Socialistas con mundo…

 

Lo razonable sería no hacer plebiscito, quedarnos con la constitución actual y lavar el cerebro del populacho bárbaro ¡Sueños! Lo razonable y practicable sería terminar con esta farsa, y esperar a la próxima elección de parlamentarios. Se mandatan a estos fulanos para reformar lo que haga falta y se terminó el asunto. Pero Chile nunca fue un país razonable, menos hoy, que las pasiones están desatadas. Por lo tanto ya lo saben, en octubre tendrán la oportunidad de entregar la vida por la patria, aunque para nosotros no habrá estatuas.

 

Yo iré a votar “rechazo” solo si es seguro, no he pasado seis meses encerrado para cagarla al final. De lo contrario váyanse todos a la chucha, no me meteré en un nido de gérmenes, porque aunque gane el “rechazo”, los compañeros de la prensa seria, los señores políticos y sus alimañas callejeras, no respetarán el resultado. Ya inventarán algo para inventar una segunda votación, o simplemente para desoír “la voz del pueblo” en nombre la “paz social” imponiendo una nueva constitución entre gallos y medianoche. Lo hicieron en Europa con el Tratado de Lisboa, en Colombia con el blanqueo de las Farc, lo intentaron en Reino Unido para desconocer el triunfo del Brexit, aunque no lo lograron, y no lo van a hacer en un lupanar como Barbarilandia ¡Ja!