A TIROS.

Se armó una alharaca por una simple balacera en Maipú. Al parecer en plena plaza. Creo que solo hubo un muerto y seis o siete heridos, nada más. Hoy se agarraron a tiros nuevamente en la misma plaza, creo que un par de vendedores ilegales se peleaban frenéticamente por el territorio y una tajada del segundo 10%, en un país sin estado de derecho y con amenazas a la propiedad. Tiene lógica. Esta vez no hubo muertos. Nada del otro mundo. En Estación Central es pan de cada día entre turistas haitianos. Nada que no pueda apaciguar una cara de indignación, unas declaraciones de preocupación, un nunca más, un venga de donde venga y una querella en contra de quienes resulten responsables. Y por último un posterior indulto si el tirador no cuenta con suerte.

 

Digo lo anterior, ya que el gobierno permite y la oposición apoya o al menos “comprende”, los periódicos incendios, usurpaciones y matanzas en la Araucanía, como si fueran unas noticias más ente tantas otras. Si pueden asesinar a mansalva en la Araucanía, ¿por qué no en Maipú? Yo, por mi parte, utilizando el mismo proceder de las autoridades, no me preocuparé hasta que comiencen a matar en la esquina de mi casa, y cuando lo hagan, habrá que cambiarse de barrio o de país.

 

Si alguien puede asesinar, robar e incendiar con el apoyo de los políticos y la prensa, en el contexto de las legítimas demandas sociales postergadas durante treinta años, o durante 200, también puede hacer lo mismo en el contexto que les parezca, por ejemplo, el hambre, la postergación, la sobrevivencia en un modelo neoliberal, la estigmatización social, o cualquier otra razón que cuadre con los nuevos tiempos del nuevo Chile, ese que supuestamente todos queremos.

 

Es posible que luego de la implementación de la nueva constitución terminen estos crímenes. Tal vez se acabarán la pobreza y las necesidades. Todos seremos más unidos y solidarios. Los cheques estatales llegaran a la casa. La Araucana se trasformará en el Walmapu y la plaza de Maipú será un lugar de esparcimiento donde todos los comerciantes ambulantes pedirán permiso para trabajar, si es que en el paraíso terrenal sea necesario hacerlo, algo que dudo, el paraíso está repleto de manzanos que nos harán como dioses.