ES SIMPLE.

Ayer fue “11”, día de la liberación nacional. No escribí sobre el tema como hago todos los años, ya que estoy de vacaciones, me desocupé tarde y no tenemos internet en el departamento, entonces debo conformarme con el lento y desesperante internet de mi teléfono. Aquí voy.

 

Tal como he explicado inútilmente otras veces, yo no soy de derecha; no soy católico; no soy patriota; no soy nacionalista; no me interesan los actos heroicos; no creo que el ser humano sea intrínsicamente bueno, todo lo contrario; creo que el chileno, incluidas todas las clases económicas y sociales, es básicamente un ser vil, trepador a cagarse, arribista, envidioso y ladrón. Y a medida que pasan los años, no hago mas que confirmar que tengo toda la razón.

 

Entonces, ¿por qué celebro el “11”? Pues porque me parece que el proyecto económico, social y político del Gobierno Militar es el único camino válido para Barbarilandia, si es que pretendemos construir un país vivible, mediamente decente y razonablemente prospero, en el que el respeto por la ley y el orden pueda controlar a los seres viles que pretenden demoler todo en nombre de la ordinariez, la irracionalidad, el salvajismo y la locura colectiva.

 

No pretendo definirme más allá de lo que he explicado, aun así, digamos que lo mas cercano a mis ideas es ser portaliano. Don Diego Portales, dos siglos más tarde, está mas vigente que nunca. Según mi interpretación del prócer, don Diego era un liberal que gobernaba con los conservadores, ya que los liberales eran el mejor y más rápido camino al caos. Opino lo mismo.

 

Desconfiaba del ejército, tal como desconfío yo. Desconfiaba de los curas, tal como desconfío yo. Desconfiaba de “los huevones y las putas de Santiago”, tal como desconfío yo. Y desconfiaba del populacho bárbaro, tal como desconfío yo. Don Diego Portales y este escribidor de Blogs, desconfiamos de todo poder organizado que pretende imponer sus intereses particulares a través de su influencia en el Estado.

 

Portales aseguraba que no le interesaba la política, tal como no me interesa a mí, sin embargo, era necesario inmiscuirse en ella con la sola finalidad de mantener el orden que nos permita trabajar en paz. Eso es todo. 

 

Soy chileno, así como tengo doble nacionalidad en un país europeo, tal como podría tener una tercera o cuarta nacionalidad, y me iría a vivir o me nacionalizaría en cualquier país que me convenga y respete mi vida, mi libertad, mi propiedad y cobre los impuestos mas convenientes a mis intereses.

 

En esta solemne fecha, declaro bajo juramento, que acepto cualquier tipo de gobierno, de izquierda, centro o derecha, democrático, republicano, dictatorial o monárquico, emanado del voto popular, las armas, la necesidad o la casualidad, de origen terrenal o divino, siempre que respete irrestrictamente la vida, la libertad y la propiedad de todas las personas sin ningún tipo de excusa, que no se meta en mis asuntos, que mantenga el orden, el estado de derecho bajo leyes justas, y mi libertad para emprender libremente. No me importa como lo haga, estoy dispuesto a mirar para el lado si es necesario, si es que la alternativa es el caos, el robo, la depravación, la corrupción, el robo y la estupidez humana intentando crear un miserable paraíso terrenal.

 

¿Ven que es simple?  Basta entender que las alternativas son peores.