LA RAZA

El próximo martes se conmemorará un nuevo aniversario de lo que se llamó alguna vez el “Dia de la Raza”. Entre tanta novedad modernista, hoy no sé cómo llamarán a la gesta civilizatoria. El 12 de octubre de 1492, don Cristóbal Colón desembarca en la isla de Guanahani, a la que bautizó San Salvador, la que hoy forma parte de las Bahamas.

 

Nada mas colocar un pie en tierra, un grupo de aborígenes, obnubilados por las tres embarcaciones a la vista, se acercaron al almirante exclamando, ¿se las cuido, patrón? Colón los miró sorprendido, sin embargo, los aborígenes insistieron, ¿se va a quedar mucho rato?, porque se las podemos lavar por mientras.

 

El almirante no comprendió de que se trataba la singular oferta, por lo que se internó en la selva sin pagar por atracar en un lugar público. A su regreso, a las dos carabelas y la nao Santa María les faltaban los espejos retrovisores, dos cañones, tres velas y cada una de ellas mostraba una llamativa “pifia” de proa a popa que seguramente no cubriría el seguro ¡Me cago en diez!, exclamó el almirante, desesperanzado, que ya avizoraba el lio que le esperaba en su intento de domesticar a los salvajes. América no ha cambiado mucho en 528 años, ni se esfuerza demasiado por lograrlo.

 

El salvajismo barbárico americano se unió a la viruela, los jesuitas y habitantes de dudosa reputación de las Islas Canarias, medio españoles y moros, creando un mortífero lugar apartado de la civilización. A pesar de los reiterados intentos por domesticar a la bestia, el pecado original sigue ahí y al parecer no pretende librarnos de su molesta y perjudicial presencia. El coctel mortal fue complementado con reiterados cargamentos de esclavos africanos, que comerciantes blancos compraban a otros africanos que los cazaban en plena selva ¿O como creen que los conseguían?

 

Hoy, políticos de tercera categoría, falsos periodistas, aun mas falsos “intelectuales” y niñitos ricos, instan a la horda a demoler estatuas, cambian nombres de calles, e intentan reescribir la verdadera historia, a la vez que exigen de los europeos una solicitud de perdón por el incompleto e imposible intento civilizatorio. Lo piden en español, luego de haber sido educados en colegios de la Compañía de Jesús y de haber sido criados por una nana india o negra. No conocen o no quieren recordar a los Mexicas, sin duda la mas salvaje y criminal civilización que haya visto la humanidad, y a los Incas, la segunda en tan terrorífica importancia.

 

El 12 de octubre es y será el Día de la Raza, de esta raza, la única que tenemos, aunque los empeños por cambiar su nombre continúen. La falsa propaganda, el hipócrita buenismo y la falsa culpa católica versión jesuita no podrán modificar lo evidente, somos lo que somos, aunque los descendientes de esa india que participó en la vandalización de las naves del almirante y el marinero canario que llegó a estas tierras escapando de una condena, se nieguen a aceptarlo.