EL NUEVO SEÑOR CORALES

Quiero comenzar agradeciendo a JAK, un hombre valiente, decente, trabajador, que enfrentó él solo a todo el “establishment” político y mediático. Confío en JAK, un hombre bueno. Emprendió una tarea titánica, reconstruir una verdadera derecha en contra de la misma derecha. Y lo logró. Aunque no fue suficiente para ganar.

 

Fue imposible enfrentar en tan poco tiempo y con tan pocos medios, a una izquierda que ha trabajado profesional y organizadamente durante décadas a la espera de este momento. Es imposible ir contra la ilusión de una mayoría que, espera ansiosa, una vez más, que el voluntarismo le gane a la realidad.

 

La política de masas que irrumpe definitivamente en el periodo de entre guerras, en los albores del Siglo XX, se construye en torno a una épica, un relato, si se quiere un mito y una moralidad que reemplace a la moribunda religión. De eso se trata, de emprender el camino sin fin en busca de algo mejor.

 

Lo intentó Frei con su revolución en libertad; sabemos cómo terminó. Lo intentó Allende con su propia revolución socialista a la chilena; también sabemos cual fue su destino. Mucho mejor le resultó a Pinochet y su revolución capitalista, que se consolidó durante los primeros gobiernos de la concertación. Siempre existió un objetivo, un camino a seguir.

 

A partir de ese momento, ¿qué épica, qué moral, sostuvieron a los gobiernos de Bachelet y Piñera? Solo cifras, técnicos desconectados de la realidad, peleas intestinas, zancadillas al por mayor. Una presidenta inútil y un presidente desquiciado nos encaminaron al precipicio.

 

Y nace el Frente Amplio, producto de las sucesivas revoluciones estudiantiles, muy bien controladas por organizaciones de izquierda, y sustentadas ideológicamente por la prensa y la academia. Ellos crearon el nuevo mito fundacional de un nuevo Chile, como otros, como tantos en la historia.

 

La derecha, por su parte, solo contó con sentido común, con un infructuoso intento de convencer al populacho bárbaro sobre el peligro de la ilusión, de la revolución, sobre la inconveniencia de creer en el nuevo mito que les permite ilusionarse y con ello seguir sobreviviendo en un mundo que no está diseñado para todos puedan obtener lo que mas anhelan.

 

Si la nueva derecha, que en realidad es la de toda la vida, pretende llegar algún día al poder, debe crear una historia creíble, una ilusión a la que la gente pueda aferrarse por algún tiempo, en la que debe saber incluir a una gran masa de jóvenes que, luego de salir de la pobreza y las poblaciones, constataron que sus problemas hoy son otros, y que claramente nunca los van a resolver ¿Cómo logramos conformar a millones de personas que aspiran a tener lo que no tienen, y una vez conseguido (si lo consiguen), aspiran a algo más? ¡No es posible! Millones de jóvenes insatisfechos son una bomba de tiempo.

 

¿Cómo incluir en este nuevo proyecto a millones de mujeres que hoy le dieron la espalda a JAK, por no encontrar en su discurso conservador una respuesta a sus deseos de no perder los beneficios de ser mujer, mientras intentan quedarse con los beneficios de ingresar al mundo de los hombres? ¡Tambien buscan una ilusión! Es muy difícil, por eso yo no soy político.

 

En los próximos días la Convención Constitucional comenzará a diseñar el nuevo marco legal, solo esperaban confirmar el ganador de hoy para armar una constitución de acuerdo con las circunstancias (trampa, ¿verdad?). Anoten: Intentarán mantener la presidente que les conviene y modificar un congreso que no quieren. Se nos viene el intento de crear un parlamento unicameral en que la mitad mas uno decide todo.