HASTA EL ÚLTIMO PESO

Se anuncia que el próximo gobierno condonará las deudas del CAE. Esto significa al menos dos cosas; que quienes pagaron su deuda serán a partir de hoy unos honorables idiotas; y que quienes no son los portadores del título universitario de los condonados pagarán a través de sus impuestos una deuda que no es la suya. Una vez mas se impone la injusticia, la sinvergüenzura y la presión de grupos organizados.

 

Un profesional que compra un automóvil a crédito, viaja al caribe a crédito, compra una vivienda a crédito, y solicita créditos de consumo para diversos fines, mientras no paga su deuda universitaria a crédito, es un sinvergüenza, y quienes ganan elecciones prometiendo utilizar el dinero ajeno para pagar deudas de terceros, son otros sinvergüenzas.

 

La señora Juanita, quien no estudió en la universidad, pagará con sus impuestos el título universitario a un dentista sinvergüenza que, el día que la señora Juanita tenga la necesidad de un tratamiento dental, se lo cobrará. Don paga Moya, quien tampoco estudió en la universidad, pagará con sus impuestos el título universitario de un arquitecto sinvergüenza que, el día de mañana le cobrará por proyectarle una vivienda. Si esto no es injusto, no se que puede serlo.

 

El dentista eligió serlo; el arquitecto eligió serlo, y ambos lucrarán de su profesión. Yo, en cambio, decidí ser comerciante, para lograrlo trabajé duro, ahorrando durante años hasta el último peso posible. Arriesgué mi capital invirtiendo en bolsa. Arriesgué lo que gané en bolsa y todos mis ahorros en comprar mi primer establecimiento comercial. Nadie me regaló nada, nadie me subsidió nada, nadie me pagó nada. Nadie pagó por mi primer negocio, pero con mi dinero pagaré el título universitario de tipos que nunca ahorraron, nunca arriesgaron nada, nunca trabajaron y nunca pagarán la cuenta.

 

Claramente esto es un robo. Y claramente yo soy una persona decente y esos tipos no lo son. Me siento orgulloso de lo que he logrado ser, ellos no podrán decir lo mismo nunca en su vida, ni creo que les importe. No están a la altura.