REWEÓN

Todo hace presumir que se nos viene la noche económica, no solo en Barbarilandia, sino en el resto del mundo mundial, o al menos en la parte del mundo civilizado con la que comerciamos y en que la gente es capaz de vivir peor de lo que hoy vive. No digamos que un ugandés o algún habitante de una isla perdida en la Filipinas profunda estará preocupado del S&P 500 o el precio del petróleo ¿O sí? Vaya uno a saber si este nuevo mundo globalizado llega hasta esos rincones del planeta.

 

Afortunadamente para el chileno medio esto no nos afectará, ya que la nueva constitución cosmológica, multi de todo un poco y justa como nunca antes se ha visto en el planeta se encargará de colocar las cosas en su lugar. Ni hablar de las indisimuladas capacidades de gestión del gobierno de algunos chilenos, su jefe saca mocos y sus ingeniosos y dialécticos ministros que, como nada saben, todo lo inventan.

 

Mientras la economía mundial se cae a pedazos, el gobierno nos entretiene con anuncios lindos y amorosos que no sabemos si se harán realidad, quien pagará por ellos y quien los subsidiará en el futuro, como el super tren a Viña de Mar, como los de “las uropas”, y que nos hará ver como lo que no somos ¿O el tremendo negociado nos hará ver como lo que realmente somos? Todo es relativo, diría un socialdemócrata.

 

Hoy nos advertirán sobre el cierre de la fundición Ventanas de Codelco, muestra inequívoca de la bondad que nuestro Gran Timonel demuestra por los pobres infelices que sobreviven aguantando la respiración en ese hediondo vecindario, aunque a mí me parece que la fundición debe ser deficitaria, colabora con más problemas que beneficios y le bajarán la cortina solamente porque no es negocio. Digo yo…, el facho mal pensado.

 

Obviamente estas nuevas formas de hacer política, siempre pensando en la tele y los votos (perdón, quise decir en la gente, sobre todo en quienes más lo necesitan) verán la luz o las sombras muchísimo después del próximo cuatro de septiembre y seguramente después de que el Merluzo haya dejado la presidencia, si es que ese es su plan; por lo tanto, da igual si funcionan o no, si se realixzan o no, o si convienen o no. El cuatro de septiembre es pasado mañana y “business are business”, como diría, titubeante y en un idioma parecido a las inglés, el Merluzo, delante de un inquieto, entretenido, asombrado y risueño Trudeau, “el Yastyn”, para alguno de sus compinches sudacas

 

-Gabriel, ¿Cómo se dice pollo en inglés?

-¡Chiquen!

-¿Y repollo?

-Mmmm, ¡Rechiquen!, lo dijeron en la tele.