RUMBO A FINLANDIA

Tengo la impresión de que al paso que vamos la pobreza en Barbarilandia se desparramará por todas partes. El “buen vivir” que pretende implementar la nueva constitución cosmológica y plurinacional con perspectiva de toda rareza que se nos ocurra, no va a poder controlar las tormentas del mercado mundial, el terremoto del mercado nacional y, sobre todo, las estupideces permanentes de los señores políticos que regentan este “Shithole Countrie”.

 

El dólar está desbocado. La Asociación de Isapres nos advierte que el gobierno del Merluzo pretende cerrar las Isapres por la vía de los hechos, impidiendo su normal funcionamiento. El precio del cobre bajó de 4.5 a 3 y algo dólares en unas pocas semanas. Los bonos serán agua entre los dedos. Ni hablar de que el alza de impuestos pueda salvar a la patria entre tanta desgracia. No veo como harán para aumentar la recaudación entre tanta miseria y tanto miedo al futuro cercano.

 

Situaciones cotidianas hasta hace un año o dos, como obtener un crédito hipotecario, comprar un litro de aceite, co-pagar la consulta de un médico junto a la Isapre, o simplemente poder obtener un nuevo televisor con el que observar las peripecias del Alerzi, el Pilbull, el Rey o El Príncipe, se han transformado y se podrán transformar en un dolor de cabeza.

 

Como toda esta desgracia no se arreglará mediante saltitos y cánticos alrededor de una fogata multicultural; ni colocando fin a la guerra en Ucrania en nombre de los derechos humanos; ni esperando dosis cada vez mas escasas de cordura de los señores políticos; ni despotricando en contra de los ricos que nos roban, ni con ningún otro malabar dialectico o performance buena onda, no le auguro un presente muy boyante ni a moros, ni a cristianos, ni a travestis, ni a pinochetistas, ni a giles woke salvan-a-nadie, ni a los niñitos del techo, ni a nadie que medre por este vecindario tan venido a menos. Ni hablar de la señora Juanita y don paga Moya, cuyos bonos-apruebo como mucho les alcanzará para pagar deudas ya adquiridas.

 

El gobierno no sabe qué hacer con el país; el Banco Central  no sabe que hacer con el dólar y con la inflación; el Ministro de Hacienda Moderado de Centro no sabe que hacer para cuadran cuantas, al mismo tiempo de incentivar una inversión cada vez mas esquiva; la Chistes no sabe que hacer con nada que le pongan por delante; ninguno de nosotros sabemos que hacer con la constitución del buen vivir si es aprobada, y tampoco que cresta reformar si al rechazo llegara a ganar ¿Acaso habrá que dibujar conejitos y patitos ente ley y ley para amenizar la fiesta y hacerla más digerible para el respetable público?

 

A pesar de todo lo descrito y lo que me ha quedado por describir, una importante cantidad de populacho bárbaro, tal vez la mayoría absoluta, se empeña tozudamente con alevosía y premeditación en continuar por el mismo camino que nos ha llevado a la desgracia y prontamente a la ruina. La gallá se ha empecinado en quitarle dinero a los ricos para recibir algo ellos, y si no resultara lo de recibir algo, al menos que les quiten a los ricos y así poder sentirse algo menos frustrados al despertar al día siguiente del atraco. Si yo no tengo, que al menos no lo tenga nadie, pensarán viciosamente las grandes mayorías acostumbradas al zarpazo, las movidas estratégicas y el consuelo de los tontos ¡Viva Chile, mierda! Es lo que somos nomás.