CUIDADO, ATORRANTES SUELTOS

No pensé escribir sobre los combos iban y combos venían de nuestro flamante diputado de la Corneta, como tan bien lo ha bautizado nuestro amigo Challenger, pero el aporreo al hermano del Merluzo por sus propios compañeros de ruta me abrió el apetito.

 

Esta especie de guerra civil en versión atorrante no conduce mas que al acostumbramiento. Quemar, saquear, sacarle la chucha a un transeúnte, o que un par de sacos de weas demasiado bien pagados se aniñen en el congreso, es más ordinario que Boric sacándose los mocos.

 

En aquellos buenos tiempos en que los hombres eran hombres y las damas cocinaban rico (tienen permiso para echarme una chuchada por no escribir con perspectiva de género) estas cosas no pasaban, o al menos eran consideradas como lo que realmente son, puros mariconeos de fletos. Antes, todo tenía más clase, aunque nunca tanto.

 

El 6 de agosto de 1952 se realizó un duelo de honor entre el en ese entonces parlamentario Salvador Allende y su colega Raúl Rettig, ambos senadores, uno del PS y el otro del PR. La disputa se originó por un proyecto de ley.

 

El duelo a muerte se llevó a efecto en un lugar desconocido para mí, y a pesar de la inquina demostrada por los contendientes, ambos sobrevivieron. Cuenta la leyenda que, en el momento en que dispararon, Allende cayó al suelo debido a que se habría resbalado con el barro del lugar (tal vez el marica se agachó); Rettig pensó que lo había matado, por lo que se acercó a comprobarlo, viendo que el expresidente estaba vivo chapoteando en el barrial como un cerdo.

 

Allende sobrevivió hasta que se voló la cabeza en 11 de septiembre del 73, y Rettig pudo contar la historia de lo sucedido a su antojo. Al menos tenían algo de estilo y un evidente grado de valentía hoy ausente entre toda esta horda de picantes.  

 

Hoy, todo es más menesteroso, atorrantito, de medio pelo. Todo sucede entre loquitos, fanáticos, sinvergüenzas, atorrantes y peleadores callejeros de cuestionable intelecto. Participan cobardes energúmenos escondidos detrás de capuchas ordinarias y overoles blancos, mientras políticos azuzan la cueca desde lejos y carabineros observa el acto de barbarie apiñados y protegidos por cascos y escudos metálicos.

 

Evidentemente Chile se ha enriquecido gracias al “modelo heredado de la dictadura”, y al mismo tiempo se ha ahuevonado producto de las políticas identitarias, igualitarias y demas mierdas de ese tipo que profesores vagos e inescrupulosos introducen en las pobres cabezas de cabros sin futuro.

 

Golpear por la espalda y matar a navajazos o por encargo, es lo mas cobarde que hay. Agarrarse a pencazos ente las cámaras es una muestra de ordinariez y falta de pudor sin parangón, mas aun si todo queda ahí, en un par de golpecitos amariconaditos. Las emboscadas callejeras son para vagos y borrachines sin honor. Quien quiere pegar debe hacerlo de verdad o es mejor que se vaya para la casa con su mami, y nada de disculpas, eso es para los maleteros, quien pegó un cornete con razón, debe morir en la suya.

 

Otra cosa es que de la Corneta haya hecho esta estupidez días antes del plebiscito y más encima vaya a los matinales a contar su desgraciada, poco inteligente y ordinaria performance de matoncito de medio pelo.

 

Hemos caído muy bajo.