¿QUIÉN ES QUIÉN?

¿Qué le vendría siendo un mono peludo, por ser, dama? A mi me parece que es el atorrante de toda la vida, como el Merluzo, por ejemplo. Un picante, ahora con título universitario ¿Se han dado cuenta que la universidad le quema el cerebro a la gente? En diversos sectores de provincia y en las regiones donde predominan los indígenas, la votación tiende a tener sentido común, estas personas pretenden obtener cosas normales como trabajo, seguridad en las calles, un colegio decente para sus hijos, un hospital con médicos trabajando dentro y baja inflación. El típico “facho pobre”, es decir, la gente normal de toda la vida que tanto odia el rojerío.

 

A medida que los atorrantes con cartón comienzan a hacer nata, aparece el voto tipo mono peludo. Aquí lo que la lleva es lo que la vieja del PPD denominó “agenda de identidad sexogenérica y todas esas leseras”. Todas estas leseras podrían incluir a los buenistas amorales woke que solo sueñan con orgias en el sudeste asiático, un paseíto “cool” con Working Holiday en algún país capitalista; el fin de las Isapres y AFP; animales con derecho a voto; indios enjaulados en reservaciones; un cuerpo de Carabineros de homosexuales vestidos con falda, peto y armas que disparan flores de colores; fiestas abortivas y demás desvaríos de moda.

 

Sé que no todos los muchachos que egresan de las universidades son así de locos, sin embargo, quienes son así de locos generalmente pasaron por alguna universidad ¿En qué hemos fallado? Tengo la convicción de que los principales responsables de esta desgracia nacional son los padres de estos cabros que, en un intento de relacionarlos con algún tipo de GCU, entregaron a sus hijos en cuerpo y alma a colegios de curas desviados, marxistas y psicópatas a cambio de, supuestamente, crear redes ¿Redes? Si, claro, redes, es decir, les inculcaron a sus hijos que son unos pobres imbéciles (lo que no descarto), y que por lo tanto no serán capaces de ganarse la vida trabajando decentemente, por lo tanto, deben ingresar a algún tipo de secta mafiosa que los proteja a cambio de su entrega total.   

 

Así las cosas, estos cabritos pasaron por las manos y a veces algo más que las manos de curas rojos, profesores tan rojos como los curas, el “techo”, universidades colonizadas por “agentes de cambio social” que de vez en cuando hacen alguna clase, y un grupo de compañeros de igual procedencia. Así, ¿cómo no van a trasformar a estos cabros en monos peludos?

 

Como nos cambia la vida. Tanto fomentar las profesiones como manera de salir de la pobreza, y tal vez ahora lo mejor será no estudiar, así al menos las futuras generaciones podrán vivir una vida normal, y con un poco de esfuerzo, ahorro e imaginación, poder ganarse la vida.

 

La otra alternativa es que los monos peludos sean esa escoria maloliente que tiran a las calles a delinquir, los cumas de toda la vida, pero no, esos no valen nada sin quienes los dirigen, ellos son el verdadero problema.