¡PIM, PAM y PUM!

Durante la Dictablanda, solíamos padecer las consecuencias de los periódicos atentados contra torres de alta tensión. En la casa de mis padres contábamos con la logística y los elementos necesarios para combatir el habitual estado de semi barbarie al que ya estábamos acostumbrados: Paquetes de velas y sus correspondientes cajas de fósforos distribuidos estratégicamente; alguna linterna que se utilizaba en los paseos hacia el baño; dotación más que suficiente de pilas; y la indispensable radio a transistores con que nos informábamos sobre los acontecimientos en estas noches de terror, entre otro material de resistencia bélica.

 

Los cortes de energía eléctrica eran seguidos religiosamente por gentes apaleado ollas y sartenes en apoyo a quienes destruían y mataban en nombre del pueblo. Nada que no hayan vivido las nuevas generaciones a partir del ahora conmovedor y santificado 18/O. Y como no podía ser de otra manera, los de siempre culpaban a los milicos por supuestamente haber practicado un atentado de falsa bandera, mientras que el gobierno anunciaba un raleo en barrios sospechosos, o presentaba en Teletrece los restos mortales de un terrorista retrasado mental que decidió hacer detonar el explosivo antes de retirarse del lugar. Se que suena sospechoso, aunque considerando la nacionalidad del joven idealista, yo no me apresuraría a poner en duda semejante eficacia al momento de los quiubos. Nunca se pusieron de acuerdo sobre el origen del mal, algo que cuarenta años después tampoco han logrado hacer.

 

Los últimos atentados explosivos en contra de torres de alta tensión y un puente ferroviario, ni son nuevos, ni son excepcionales, ni son motivo que nos lleve a suponer que habrá un antes y un después, o que las querellas en contra quienes resulten responsables hagan milagros terminen con el encarcelamiento de don Nadie. https://www.emol.com/noticias/Nacional/2023/06/14/1098179/poderes-estado-reunion-atentados-investigaciones.html

 

No puedo dejar de felicitar a la Gollum, o a quien correspondan los derechos de autor de la proclama tranquilizadora y embolinadora de perdiz que entregaron a la población. Resumiendo, hoy podremos dormir en calma, ya que en los próximos días se convocará a una reunión con los poderes del Estado, es decir, con ellos mismos; se analizarán los antecedentes que poseen los distintos organismos, es decir, no se analizará nada; se acordarán decisiones, es decir, no se acordará nada relevante; se profundizarán las investigaciones, es decir, no se investigará nada, ya que como se desprende de los puntos anteriores, los poderes del estado no poseen ningún antecedentes que pueda ser analizado y, por lo tanto, no tomarán ninguna decisión que pueda ayudar profundizar la investigación, ni ganas tiene de hacerlo. Me parece razonable.

 

Debo reconocer públicamente que lo único que extrañé en el discurso de la Gollum es que sospechosamente no se pretende fortalecer la democracia, lo que siempre es positivo, ya que no subirán impuestos para profundizarla, ni legislarán para profundizarla, ni organizarán ningún tipo de plebiscito para profundizarla. Al menos esto si que es un avance democrático.

 

Valga agregar además que, en un arrebato de fortaleza moral y decisión sin parangón, la Gollum manifestó con más impostura que sincero entusiasmo que “no vamos a permitir en nuestro país y que no estamos dispuestos a que se consideren normales o parte de nuestra vida cotidiana” ¡Éjale!